Modernismo en Vilafranca del Penedès

Un apunte histórico

La filoxera supuso un punto de inflexión para la agricultura catalana. Un pequeño insecto americano de 1mm de longitud arrasó con las viñas catalanas, como llevaba décadas haciéndolo en el resto de Europa. Lo que había sido el producto estrella de la economía catalana, el vino y el aguardiente, estaba siendo el motivo de un grave empobrecimiento y cambio de empleo de la sociedad. Sólo unos pocos valientes replantaron sus campos con viñedos proveniente de América, resistentes al insecto y resurgieron con éxito. Ricos y emprendedores que introdujeron las tendencias artísticas del resto de Europa haciendo de Vilafranca del Penedès un importante centro de las tendencias modernistas.

Paseo por el modernismo vilafranquino

De la treintena de edificaciones modernistas que podemos encontrar en Vilafranca os destacaremos aquellas más interesantes, pero estad alerta de que en gran parte de las calles del centro podemos encontrar un balcón o una fachada curiosos e interesantes de mirar.

Comenzaremos el paseo por la zona sudoeste de la población, en la calle de Hermenegildo donde al final de la calle, a mano derecha y haciendo esquina, está situada la Casa Font-Rodona (1903), de Antoni Serrallach, actualmente sede del Consejo Comarcal. Destacan el hierro forjado de las rejas de los balcones con motivos naturales y un enorme vitral de arco rebajado, de colores y elementos florales. Con cita previa, se puede visitar el interior del edificio.

Girando a mano izquierda en la calle San Bernardo encontramos la Casa Nogués de autor desconocido y fechada en el siglo XX, pero con elementos modernistas singulares en Vilafranca. Siguiendo esta estrecha calle llegaremos a la plaza de la iglesia de Santa María, alrededor de esta encontramos mobiliario urbano de hierro forjado y vidrieras de colores, como un par de farolas. En el interior de la iglesia gótica, destacan siete sinuosas y expresivas figuras de mármol que representan el Descendimiento de Cristo, datado de 1916 y obra de Josep Llimona.

Continuando hasta la plaza Sant Jaume y la calle Consejeros, encontraremos tres casas, obras de San tiago Güell Grau, el autor modernista más reconocido de la ciudad, que con diferentes años de construcción, del 1905 al 1914, muestran la evolución del su estilo y habilidad. Siguiendo la obra de este maestro nos dirigimos a la calle Vall del Castell donde encontramos el antiguo mercado, actual Casa de la Fiesta Mayor (1913) que introduce el ladrillo visto, elemento muy característico del modernismo y que en su interior está guardado el dragón de Vilafranca, figura más antigua y característica del bestiario tradicional catalán.

Finalmente, siguiendo Santiago Güell Grau iremos a encontrar la calle Parellada, en el centro de la ciudad, para visitar la Casa Guasch Estadella (1905) con un fuerte papel de los elementos naturales en relieve y con una majestuosa balconada en el primer piso. Actualmente se ha construido un piso superior de carácter completamente moderno. Y la Casa Tomás (1879-1913) con muchos balcones individuales en el segundo piso y amplios ventanales al tercero.

Si nos dirigimos hacia la plaza de la villa, llamada "la más castellera" por ser donde se levantan las construcciones más altas a lo largo de la temporada castellera, podremos apreciar la fachada del Ayuntamiento de mano del arquitecto Eugenio Campllonch Parés. Aparte de los elementos propios del modernismo, con connotaciones naturales y con hierro forjado muy trabajado, destaca el reloj enmarcado por unas guirnaldas de frutas y flores clasicistas. Del mismo arquitecto encontramos la Casa Jané Alegret y Edificio Cal Guardiet (1909) en la calle de la Corte, del edificio destaca el coronamiento en lo alto de la fachada y la tribuna que sobresale en la ventana que hace chaflán.

Para acabar la ruta por el centro de Vilafranca y retornando a obras de Santiago Güell nos dirigiremos a la Rambla Nuestra Señora, donde destacamos Casa Miró Inglada y Casa Artur Inglada (1905) y la Casa Elías Valero, Casa Berger Balaguer (1910), actualmente sede de la Fundación Caixa Penedès, de la primera destacamos la fachada asimétrica y los ventanales de arco rebajado y de la segunda el estilo medievalista, roto con detalles modernistas, ambas tienen la temática floral, muy propia de su autor. Con características similares encontramos una casa unifamiliar en la Calle del Casal, perpendicular a la Rambla, la Casa Galtés Mainé y Bodegas Mascaró (1912).

Todavia actuales, ferias y fiestas tradicionales en Vilafranca

No podemos hablar de Vilafranca sin hacer una pincelada al importante papel de las fiestas y ferias tradicionales de los que queda en la actualidad la colla castellera puntera de Cataluña, Castellers de Vilafranca y la figura más antigua del bestiario catalán, el dragón, que últimamente se ha datado del siglo XII.

Las fechas más señaladas son la Fira del Gall, la Fira de Maig, el ViJazz. la Festa del Xató i la Festa Major a finales de Agosto, declarada fiesta de interés nacional. En estas fiestas suelen salir a la calle entidades de cultura tradicional como los bastoners, los bailes de cintas, los cercolets, los enanos, los diablos, una réplica exacta del dragón del sXII o la muixiganga, recuperada recientemente. Un espectáculo lleno de música, bailes y colores donde participan un gran número de vecinos y que transcurre por las calles del centro de la ciudad.

Lugares a descubrir cerca de Vilafranca

Para los amantes del modernismo Vilafranca no es el único rincón del Penedès donde encontramos construcciones de este estilo, al menos en una decena de villas cercanas encontramos algún edificio a destacar, alguno de ellos como Can Raspall dels Horts (1909) del arquitecto Antoni Pons y Domínguez y situado en la carretera Vilafranca en Igualada, de grandes dimensiones y situado en medio de la naturaleza, En un paraje único.

De estos pueblos del Penedès cercanos a Vilafranca le recomendamos Sant Sadurní d'Anoia y Gelida. Tomando la autopista AP-7 dirección Girona, llegaremos a Sant Sadurní d'Anoia donde destacan al menos ocho edificios, tanto públicos como privados. Entre ellos las conocidas cavas Codorniu y Freixenet situadas ligeramente a las afueras de la ciudad y el Ayuntamiento, el Ateneo agrícola y Las escuelas nuevas, justo en el centro. Siguiendo la misma autopista hacia el norte llegaremos a Gelida, donde ocho edificios más, casi todos privados y situados en el centro, nos permitirán apreciar más fachadas, balcones y ornamentaciones propias del modernismo catalán de principios del siglo XX.