La Figuera

Municipio del Priorat, accidentado por los contrafuertes occidentales del Montsant, situado a la derecha del río del mismo nombre. El pueblo de la Figuera, a 575 metros de altitud, se encuentra en una posición elevada desde donde se puede disfrutar de un panorama impresionante. Se la conoce como el centinela del Priorat.

Otro lugar de interés dentro del término es el lugar conocido como los Colls de Solans, no muy lejos del pueblo, desde donde se divisa una perspectiva única de toda la comarca. Es conocido como el "balcón del Priorat".

La población es agrícola. Los principales productos que se cultivan son el vino y el aceite. La Cooperativa fue fundada como Sindicato Agrícola, 1932.

Por sus condiciones climáticas, las plantaciones de cepas son casi en la totalidad del término, de la variedad garnacha, que da unos vinos de calidad exquisita, suaves y de sabor característico. Los vinos son de denominación de origen Tarragona, subzona de Falset. El embotellado se comercializa bajo el nombre de Aubacs y Solans.

El aceite es de denominación de origen Siurana.

Por su situación privilegiada y su clima, la Figuera, se ha convertido en un lugar ideal para veraneo y segunda residencia. Esto hace que los veranos y fines de semana el pueblo recupere el movimiento y vitalidad que había perdido años atrás.

Más que hablar de edificios notables, cuando se trata de la Figuera cabe destacar su entorno, los miradores naturales que permiten admirar magníficos paisajes y los rincones y lugares que hacen de esta pequeña población un lugar digno de visitar.

Como dice Joan Asens en la Guía del Priorat: "Si grandes conocedores de Cataluña han dicho que el Priorat es una de las comarcas más bellas del Principado, no será descabellado asegurar que la Figuera se puede contemplar uno de los panoramas más bellos de la nuestra tierra ".

Historia

La leyenda dice que en el lugar donde ahora está el pueblo se encontraba una inmensa higuera, tan grande que los romanos cobijaban los rebaños. Después, y en el mismo lugar, se construyó un castillo que conservó en su patio esta higuera. Actualmente, en la calle de la muralla se puede ver restos evidentes de muros fortificados. De aquel desaparecido castillo y de aquella gran higuera, parece ser que el pueblo ha conservado el nombre.

El primer dato histórico sobre la Higuera la encontramos en la donación que haga Albert de Castellvell en la iglesia de Tortosa. En esta donación, se le llama como montaña de Gibolhoder.

Gibolhoder o la Figuera, no fue poblada hasta unos años después de su integración en las tierras de Tortosa. Su carta de población fecha del 5 de diciembre de 1182, tres años antes de la de Cabacés. Es, pues, una de las cartas de población más antiguas de la Cataluña Nueva.

En aquel tiempo, se le otorgaba un término extenso que limitaba con el río Montsant con el Mas d'en Bas, antiguo pueblo del Molar, y con Ascó y Cabacés.

Poco tiempo después, la Figuera se integró en la Baronia de Cabacés, como se puede comprobar en el "Libro de las Ordenanzas de la Villa della Figuera", libro de usos y costumbres que regulan la convivencia del pueblo. Iniciado 1310, acabó en 1734.

La Ermita de San Pablo

Uno de los lugares desde donde se puede disfrutar mejor de la inmensidad del paisaje es la ermita de San Pablo, situada en el noroeste de la población, a unos dos kilómetros y medio. En la ermita se venera la Virgen de la Mola, de mucha devoción, entre los pueblos vecinos.

A unos 500 metros de la ermita hacia el oeste, en dirección a la punta de la montaña, se puede visitar el que fue puesto de mando del ejército republicano durante la batalla del Ebro. Desde esta privilegiada situación se puede divisar hasta 40 kilómetros de río Ebro.

"Balcón del Priorat"

Otros lugares interesantes son el Coll de Solans, llamado "balcón del Priorat", y la sierra del Guixar, o Escambellet.

No podemos olvidarnos tampoco de la Roca Foradada, ni de las cuevas de en Vasques, los Tres Ajos, ​​y de la del Mas d'en Nenet, cuevas naturales hechas en la roca, de gran tamaño.

El pueblo, de calles estrechas y empinadas, conserva el tipismo de los pueblos del Priorat. La Iglesia parroquial está dedicada a San Martín.