Tarraco, un viaje a la época romana

Tarraco, hoy conocida como Tarragona, es una ciudad llena de historia y riqueza cultural. Fundada como campamento militar por los romanos en el siglo III aC, esta ciudad conserva las huellas de la antigua Roma y un impresionante legado.

En 2000 la UNESCO declaró el conjunto arqueológico de Tarraco Patrimonio Mundial de la Humanidad gracias al buen estado de conservación de sus monumentos. Y es que Tarraco nos ofrece la oportunidad única de explorar un auténtico paisaje urbano romano: sus murallas, foros, teatro y anfiteatro son monumentos excepcionales que revelan la ingeniería y la grandeza de la época romana y nos harán viajar a un pasado de belleza excepcional.

Las murallas de Tarraco

Las murallas de Tarraco, construidas por los romanos para proteger la ciudad, son testigos imponentes de la antigüedad y la grandeza de la ciudad. Su meticulosa construcción, con las piedras cortadas y encajadas con precisión, son un ejemplo impresionante de la ingeniería romana.

Desde las murallas, además de realizar un viaje en el tiempo y descubrir su historia, podremos disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad y del mar Mediterráneo.

EL FORO, LA PLAZA DE LA ANTIGUA TARRACO

El foro de Tarraco es una extraordinaria muestra de la antigua vida pública romana. Esta gran plaza era el centro neurálgico de la ciudad, donde se tomaban importantes decisiones y se desarrollaba la actividad comercial y social.

Hoy en día se pueden contemplar las ruinas del foro, como el porticado de la basílica y un tramo callejero, que revelan su majestuosidad original. Este espacio emblemático es una ventana al pasado, que permite a los visitantes imaginarse la vida en Tarraco durante la época romana.

EL TEATRO, UN ESPECTÁCULO EN SI

Muy cerca del Foro se encuentra el teatro de Tarraco, un monumento impresionante que nos traslada a la época romana. Construido aprovechando las pendientes del terreno, el teatro mantiene su forma original y conserva los elementos estructurales que definen a un teatro romano, como la cavea, la orchestra y la scaena.

Durante la visita al teatro no solo nos imaginaremos contemplando un espectáculo romano, sino que podremos disfrutar de magníficas vistas de la ciudad.

EL CIRCO, pura emoción

El circo de Tarraco es un espacio fascinante que muestra la pasión por los espectáculos de carreras de carros en la antigua Roma. Considerado uno de los mejor conservados de Occidente, todavía permite apreciar parte de las bóvedas y la gradería, así como la fachada exterior y el podio, e incluso algunas de las monumentales puertas de acceso.

Es un lugar que cautiva la imaginación de los visitantes, y nos lleva a revivir la época de los eventos deportivos romanos más emocionantes. Visitar el circo es una oportunidad única para conectar con el pasado e imaginar cómo era la vida en Tarraco durante la época romana.

EL AMFITEATRO, icono de la ciudad

Una de las atracciones más icónicas de Tarraco es el anfiteatro, uno de los mejores ejemplos de arquitectura romana que cautiva la atención de todos los visitantes.

El anfiteatro conserva la característica arena, rodeada por la cavea, desde la que el público disfrutaba de los espectáculos y las luchas de gladiadores que se celebraban.

El anfiteatro de Tarraco es un recuerdo constante de la pasión y el entretenimiento de la antigua Roma, una visita obligada para los amantes de la historia y la arquitectura.

EL ACUEDUCTO DE LES FERRERES, majestuosidad romana

En las afueras de Tarraco encontramos el acueducto de Les Ferreres, conocido popularmente como el Puente del Diablo. Esta impresionante obra de ingeniería romana construida con piedra cortada, transportaba agua desde las fuentes cercanas hasta la ciudad, proveyendo de agua a la población y sus monumentos.

Con sus arcadas bien conservadas y su presencia imponente, el acueducto de Les Ferreres es un testimonio de la habilidad técnica y la grandeza del Imperio Romano, y se ha convertido en otro icono de la ciudad.

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