Castell-llebre y Roc de Rumbau en Peramola

Roc de Rumbau

A la derecha se observan una serie de campos de cultivo conocidos como la Artillería del Roca. La pista mantiene una ligera subida durante este tramo del recorrido. A la izquierda, la magnífica pared de Rumbau cae a plomo, por más de 200 metros, haciendo las delicias de los amantes de la escalada.

Continuando por el camino, justo al llegar a los últimos campos trabajados, a la izquierda empieza un sendero que, en fuerte subida, conduce hasta las pinturas rupestres de la Roca de los Moros. Se trata de una de las primeras muestras de la presencia humana en esta región. Ubicadas en una cueva y descubiertas en 1969, su estudio fue publicado dos años más tarde en la revista Ilerda. Se trata de un pequeño conjunto de pinturas esquemáticas datadas de 6500-3500 antes de nuestra era.

Castell-llebre y el valle del Segre

De nuevo en la pista no se tarda mucho en divisar Santa María de Castell-llebre. Situada sobre un espolón rocoso, este edificio, ya mencionado en documentos del año 942, consta de una nave cubierta con bóveda de cañón y reforzada por dos arcos torales. El ábside es de base semicircular y tiene dos ventanas de doble derrame. El campanario es de base cuadrada con dos pisos que sobresalen por encima de la nave y ventanas geminadas los cuatro vientos.

Castell-llebre

Llega a un collado donde, por la derecha, se va hasta Castell-llebre, y por la izquierda se sigue subiendo. Si se opta por ir a la ermita, se podrá entender el porqué de su situación, dominando el valle del Segre.

El camino gana altura con rapidez y no se tarda en llegar a una nueva collada. La vista es impresionante. Enfrente, las paredes de la sierra de Aubenç. A sus pies las estribaciones de la montaña con las casas de Juncars, Jou y el Salvador. Por debajo el corte provocado por el barranco de las Caubes.

Sierra de Aubenç y la casa de Juncars

Por el camino de más a la izquierda, cerrado por una cadena, se sigue subiendo. Se penetra en el barranco de la Fuente de los Coms. Sin dejar esta vieja pista, que la vegetación está convirtiendo en sendero, se llega a la cresta que une el Roc de Rumbau con Sant Honorat. En este punto se encuentran los restos de la vieja casa de la Sierra. Un poste indicador señala la ruta para acceder a la cima de Rumbau (991 metros). Vale la pena subir y disfrutar de la vista sobre Peramola y la llanura de Tragó y Oliana. Un poco más lejos se puede ver el embalse de Rialb. Girando 180 grados se observa La Roca del Corb, con el Montsec de fondo, y Sant Honorat.

La Roca del Corb

Hay que volver a la casa de la Sierra para seguir el camino que por la cresta va hacia San Honorato. Atentos a la izquierda. Un estrecho sendero baja con fuerte pendiente hacia el Clot de la Font Viva.

Una vez abajo, si se va a la derecha no se tarda en llegar al paraje conocido como la Fuente Viva. Es un lugar sombrío, fresco y rico en vegetación donde el agua que baja por el torrente parece jugar con las rocas haciendo pequeños saltos y formando algunos pequeños charcos de agua en las piedras.

La Fuente Viva

Volviendo a la última bifurcación, y por la izquierda, se llega al Hostal del Boix, y en una media hora más en Peramola.

Fuente: Ayuntamiento de Peramola