Vallbona de les Monges

Vallbona de les Monges está situado en el extremo meridional de la comarca del Urgell.

El municipio está formado también por los núcleos de Rocallaura y Montblanquet, en el valle del Maldanell. Su principal ocupación es la agricultura, sobre todo de viñedo, olivo y almendros y cereal. Las dos primeras actividades disponen de Denominación de Origen propia, por el vino "Costers del Segre" y por el aceite "Les Garrigues".. Sin embargo, el sector que toma cada vez más fuerza es el sector servicios con la explotación turística del Monasterio cisterciense de Santa María de Vallbona, comprendido dentro de la Ruta del Cister, y de los diferentes espacios y recursos turísticos que hay en el municipio.

La población de Vallbona de les Monges fue creciendo alrededor del monasterio y la primera noticia que se tiene es de 1153. Sin embargo, no se entiende Vallbona de les Monges sin Montesquiu, el pueblo hoy abandonado desde el que vinieron los vecinos en 1573 llamados por la abadesa de aquel entonces, Estefanía de Piquer, que les ofreció vivir y trabajar cerca del monasterio a cambio de abandonar la villa para salvaguardar el cenobio de las disposiciones del Concilio de Trento, las cuales prohibían que hubiera un monasterio femenino aislado. La historia de Montesquiu, su abandono y su evolución se puede ver plasmado en el Espai Montesquiu.

Desde la Edad Media, este centro monacal ha sido muy importante, tanto por las propiedades como por los monasterios que dependían de él, pero sobre todo por la constante entrada de monjas que ha habido desde su fundación. Actualmente, las monjas que viven allí siguen las normas y disciplinas de la orden de Sant Benet. Dentro del monasterio encontramos la iglesia que destaca por sus dos cimborios, el claustro del siglo XII que mezcla el estilo románico y gótico, la sala capitular y dos capillas: la de San Cristóbal y la de la Virgen del Claustro.

Aparte de visitar el monasterio, también podemos ver las iglesias que se encuentran en el núcleo municipal. En Vallbona encontramos la Iglesia Parroquial de Santa Maria, del siglo XVIII; en Montblanquet se encuentra la Iglesia Parroquial de Sant Andreu, de cariz cisterciense y románico; en Rocallaura, la Iglesia Parroquial de San Lorenzo y, en lo alto de la Sierra del Tallat, podemos visitar el Santuario del Tallat, del que sólo queda la restauración de la Iglesia de Santa María y los restos de las ruinas. Sin embargo las vistas que se contemplan desde este punto son magníficas ya que la Sierra del Tallat es la más alta de la comarca del Urgell y es la que permite obtener unas fantásticas vistas hacia la Conca de Barberà, las Montañas de Prades o el Bosque de Poblet. Una delicia para los ojos.

En cada uno de los núcleos también se encuentran los antiguos lavaderos municipales, todos ellos arreglados y, en especial, uno de los dos que hay en Vallbona, donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Ruta L2, la línea de defensa republicana que pasa por el municipio y de la que han quedado trincheras, bunkers, observatorios y otras construcciones militares que se pueden visitar a través de un recorrido señalizado de 26km que se puede recorrer a pie, en BTT o en vehículo todoterreno.

Precisamente, en el municipio hay un gran abanico de senderos, caminos y senderos que atraviesan colinas, se divisan llanuras o se bordean campos de cereales u olivos dispuestos en perfectas terrazas y de márgenes de piedra seca, de unos acabados armoniosos y que casi acercan a la perfección.

La piedra seca es, pues, también un elemento característico en este enclave de la antigua Segarra, donde hay muchas construcciones con este arte: cobijos, aljibes, cisternas, cabañas de bóveda, etc.

Para entender más este arte, en el Espai Maldanell se habla de esta técnica constructiva, de los vestigios y el legado que los antepasados dejaron en estos lugares, junto con la biodiversidad y los proyectos de naturaleza que se están llevando a cabo en el municipio, como el de los estimaocells, un proyecto que ha dado la vuelta al sentido estricto de los espantapájaros. Todo ello plasmado en el antiguo edificio de la cooperativa del pueblo, el Molí de Baix, en el que hay una recreación de la maquinaria y del funcionamiento de los elementos que permitían la obtención del aceite, lo que suponía el alimento base para esta zona de secano.

No se puede marchar de la población sin conocer el primer espacio dedicado al séptimo arte de las tierras de Lleida, el Espacio Museístico del Cine, formado por una parte de la colección de piezas del vallboní Josep Maria Queraltó, quien ha reunido todo tipos de maquinaria inédita relacionada con el cine: cámaras, juguetes, proyectores, linternas mágicas y muchas sorpresas más.

¡Vive Vallbona!