Vuelta al Valle de Gresolet

Salimos del aparcamiento que hay más o menos a cien metros más abajo del Santuario de Gresolet. Veremos el poste indicador que marca el camino de sendero local que va hasta el Collell señalizado como 11 - Les Molleres y también con los rótulos de los árboles monumentales que encontraremos. Nada más empezar la pista, vemos una valla del Parque Natural y un pequeño espacio donde dejar el coche.

Seguimos por la pista forestal caminando, primero por la vertiente solana del Cadí. Vemos perfectamente toda la umbría de las Molleras y el hayedo delante de nosotros. Encima se alza la imponente pared norte del Pedraforca y, detrás, poco a poco vamos alejándonos del Santuario de Gresolet y del estrecho de Moronta, donde desagua el valle hacia el sur.

Al cabo de unos 10 minutos andando, la pista comienza a entrar en el bosque de hayas, con algún acicate, algún fresno y algún pino aislado. Vamos subiendo cada vez más a medida que nos acercamos al fondo del valle.

Al cabo de unos 15-18 minutos de haber empezado, encontramos un desvío a la izquierda de la pista con un poste indicador que nos marca los árboles monumentales del Clot del Olmo y de las Molleres de Gresolet. A partir de ahí, dejamos la pista un rato y seguimos las marcas de color amarillo, que con unas estacas nos van indicando el camino.

Al poco, atravesamos el torrente de Les Molleres (la riera de Gresolet) y, justo al otro lado, encontramos una señal indicadora de las hayas monumentales del Clot de l'Om, a nuestra izquierda. Unos pasos más allá, llegamos a los cuatro árboles gigantes. Sus dimensiones sorprenden ya que son hayas de tamaño poco habitual, probablemente tengan más de 200 años de vida. Enfrente tenemos el haya I que últimamente ha caído y dificulta el acceso al haya II, más arriba en un terreno con fuerte pendiente. Los hayas III y IV están a la izquierda, una junto a otra. Hasta aquí tardaremos entre 25 y 30 minutos en llegar.

Volvemos unos metros atrás hasta el último palo indicador y seguimos ahora por este lado de la riera en dirección a los dos árboles monumentales que nos faltan: el Faig Gros y el Abeto de las Molleres de Gresolet, a poco más de un kilómetro. El sendero, a veces difuminado por las hojas de haya, está marcado con las estacas amarillas, así que no hay pérdida.

Vamos ganando desnivel y pasamos por una zona con varias hayas también bastante grandes (aunque no sean monumentales). Todo esto nos da la sensación de estar en un bosque maduro, poco habitual en nuestro país que tradicionalmente ha explotado la madera de los bosques.

Al cabo de unos 10 minutos de paseo por el bosque, atravesamos una torrentera que desciende de la Canal Gerdera y encontramos de nuevo la pista forestal. Seguimos ahora por pista, por dentro del hayedo, rodeados de árboles bastante maduros.

5 minutos después, encontramos el desvío a la izquierda con un poste indicador para ir al Faig Gros y al Avet de les Molleres. De aquí hasta los árboles son unos 20 minutos de ida en fuerte subida y algo menos de vuelta. Para llegar, seguiremos las estacas amarillas que nos serán especialmente útiles en algunos claros del bosque y en algunos tramos en los que el camino gira.

Subimos con fuerte pendiente para superar los 150 metros de desnivel que nos separan del Avet de les Molleres. El camino va pasando por distintos claros de bosque en dirección sur y después gira hacia la derecha. Pasamos un tramo de hayedo de subida y vamos a salir en otro claro, donde giraremos a la izquierda. Cuando volvemos a entrar en el bosque nos aparece el Haya Gros de les Molleres, que es el árbol monumental con el tronco más grueso del hayedo de Gresolet. Realmente, estar a sus pies, impresiona, y el verso que hay en el rótulo del árbol es adecuado.

Pasamos por detrás del Faig Gros y remontamos un trozo más arriba de subida. Después, el camino gira a la izquierda y planea hasta el Avet de les Molleres. Las medidas de este abeto son espectaculares y es uno de los 5 más altos de Cataluña, con 35 metros. Alrededor, vemos otros abetos bastante grandes que dan esa sensación de bosque maduro y de otras cepas cortadas que nos hacen imaginar cómo debía ser este bosque antes de que se talara prácticamente todo durante los años 40 y 50.

Deshacemos el camino hasta la pista y seguimos arriba para ir hacia el Collell. Pocos minutos después (5-8 min) encontramos un desvío a la izquierda con un mojón y un sendero que sigue recto. Para hacerlo fácil, no hagamos caso del mojón y seguimos por el sendero recto ya que más arriba los caminos se vuelven a encontrar.

Continuamos por la pista unos 5 minutos más hasta que acaba y se convierte en un sendero. A partir de ahí, nos espera una media hora de subida fuerte hasta llegar al Collell. El bosque también ha cambiado. Hemos dejado atrás el hayedo y ahora estamos rodeados de pinos y sotobosque de boj, el bosque más mayoritario y característico del Berguedà. Durante el camino encontramos alguna marca verde y blanca de sendero local, hay que fijarse bien.

Autoría fotografías y texto: Sergi Boixader