Paseo cultural de San Sebastián en Bigues i Riells

Estructura situada en el margen derecho de la pista que correspondería a un antiguo horno de pega. El alquitrán y la pega vegetal son productos derivados del bosque, conocidos y usados por el hombre almenos desde el neolítico final (algunos autores hablan de su uso en el paleolítico) y hasta todavía no hace 40 años. Curiosamente son productos muy poco documentados, tanto por los que refiere a su arte de fabricación como en cuanto a su impacto en la economía de las diversas épocas. Esto probablemente sea debido a diversas causas: por un lado, su fabricación fue esencialmente una actividad familiar y una fuente de ingresos secundaria para sus productores, como ocurre con muchas de las actividades relacionadas con el bosque.

Seguimos por la carretera hasta encontrar la pista que sube al llano. A su inicio hay un horno de pega y arriba el en el llano una serie de casas, algunas maltratadas por el tiempo, y con muy buenas vistas de los Cingles de Bertí. Después de esta multitud de casas y edificios, un cruce de caminos lo seguimos a la derecha en dirección al Big-Fai y cuando llegamos a su altura seguimos un camino a la izquierda, que pasa al lado de la estructura de una casa que se quedó a medias.

Este camino, después de cruzar un torrente, lo dejamos para ir a ver otro horno de pegamento y uno de obra. Devueltos al camino, pasamos al lado de Can Segimon y por detrás del vecindario, con una subida que hace un par de curvas para ganar altura.

Hornos de Can Geroni

Uno de ellos es un horno de obra de dos metros de ancho por 2,20 m de profundidad. En el lado de montaña (este), todavia la parte inferior de la pared que cerraba el horno. Se observan diecisiete agujeros (fumarolas) que comunican el horno con la olla (un metro de profundidad).

Esta tiene planta circular y se accede por un corredor de medio metro, todo hecho en arcilla cocida. El interior está ocupado por una columna circular. El segundo horno se encuentra a escasos metros del anterior, en el mismo margen, y podría corresponder a un horno de pega. Presenta la forma de una gran olla hecha con tierra cocida. Hace unos dos metros de diámetro en su parte más ancha y un poco más de un metro y medio de altura.

Al final de la pista giramos a mediodía y llegamos al Salto de Novia.

Salto de núvia

He aquí que un día una doncella subía hacia la ermita de Puiggraciós para dar su mano a un rico conde que de desconocidas tierras había venido. Ella se había prometido a María Santísima y no quería romper su promesa; pero tanto sus padres como sus parientes lo querían, y ella tenía que obedecerles. Con ella iba una comitiva, y con el conde otra. Ambas se encontraron en una de las curvas; eran muchas las ganas del joven conde de encontrarse con su prometida. Pero en cuanto se encontraron, el caballo que llevaba la doncella dio un salto y, girando en redondo, echó a correr semejante a un rayo y se lanzó cuesta abajo.

En un principio todos se quedaron parados por la sorpresa, más a continuación se lanzaron a galope tendido para conseguir detener el caballo de la doncella; más el intento fue en vano. El caballo continuó corriendo hasta llegar encima de un torrente que pasa casi por el lugar de la iglesia de Bigues.

El despeñadero, al que no se le veía fondo, era derecha y espantosa. El caballo se detuvo sólo el tiempo necesario para dar un más fuerte empuje y, de golpe, lanzarse por encima de todo aquello, hasta estar en el del agua. En el momento del salto, los perseguidores justamente llegaban. Se pusieron en diferentes puntos encima del despeñadero, pero ya habían hecho tarde. Descabalgaron los caballos y fueron al fondo del torrente a buscar el caballo y la doncella, pero no encontraron nada.

Sólo allí donde había caído el caballo, encima de una roca, vieron señaladas sus patas, que todavía hoy se pueden ver. Desde aquel día el lugar fue conocido, como lo es hoy en día, el Salto de la Novia. Francesc Maspons y Labrós Tradiciones del Vallès, 1876.

Can Lluís (El Pla)

Masía formada por el agregado de cuerpos a lo largo del tiempo. Parece que el edificio original era de dos pequeños cuerpos paralelos a fachada, de planta baja y buhardilla, con cubierta a dos aguas, que luego creció en altura prolongando una de las vertientes de la cubierta hasta el extremo, quedando la cubierta a una sola pendiente.

Este edificio original tiene las paredes de piedra, de tamaños regulares, y las aberturas enmarcadas por dintel y jambas simples. Las piedras están poco trabajadas. Este edificio se amplió por la banda derecha, con paredes de mampostería y alguna parte de tapia. También se modificaron las aberturas de la fachada principal, que estaban enmarcadas por obra de ladrillo, y toda la fachada estaba rebozada.

Es una de las muchas casas que vemos en el Pla, pero es la que toca el camino y, de manera contraproducente, es la que ha llegado en peor estado en nuestra época. Los campos abren el paisaje y vemos los Cingles de Bertí en el horizonte y la casa del Rull coronando el cerro que le da nombre.

En este punto volvemos al asfalto y nos dirigimos ya a la iglesia, el objetivo final.

Iglesia de San Pedro

El núcleo histórico de Bigues se encuentra ligado a la Baronía de Montbui, de la que formó parte desde el año 1.059, cuando Mir Geribert y Guisla obtuvieron el alodio condal que formaría la Baronia. Actualmente es un conjunto de edificios situados en la colina de Bigues. Incluye los cuerpos de la iglesia, el edificio de la Rectoría, Ca n'Adzet, el antiguo Ayuntamiento (cal Mariano) y las antiguas escuelas municipales. Es una muestra de la arquitectura semirural que se ha ido reformando a lo largo del tiempo, para adaptarse a las nuevas necesidades.

Destaca el edificio de la Rectoría y Ca n'Adzet, con origen en el siglo XVI, y como ejemplos de arquitectura de finales del siglo XIX se encuentra el antiguo Ayuntamiento y el edificio modernista de las escuelas municipales. Bigues se caracterizaba, ya en tiempos pasados, por núcleos de vivienda muy dispersos en el territorio, aprovechando los recursos disponibles y ligados a las explotaciones agrarias.

Bigues no tiene un núcleo urbano definido y consolidado a lo largo del tiempo. La colina de la parroquia perdió habitantes y actividad cuando la población se trasladó al valle, mejor comunicado, y con más disponibilidad de recursos. San Pedro de Bigues, mencionada el 1059, aunque la actual iglesia data de 1737.

De planta de cruz latina, consta de tres naves con capillas laterales y está cubierta con bóveda de lunetos. Conserva del edificio románico del siglo XII la nave central de entrada a la actual, con la antigua puerta, ahora tapiada, que tenía un árbol de la vida pintado en el tímpano. El crucero, las naves laterales y la cúpula son del siglo XVII, así como un valioso retablo renacentista dedicado a la Virgen del Rosario, y el campanario de torre es del XVIII. Empotrada en el lado izquierdo a los pies de la iglesia hay una pila bautismal del siglo XVI, sin pie.

Volvamos ya hacia la Plaza del Mercado para cerrar el itinerario. Para alargar un poco bajamos por la Avenida Cataluña y al llegar el camino de Can Badell lo seguimos ya hasta el final de la ruta.

Fuente: Ayuntamiento de Bigues i Riells (Grupo Excursionista de Bigues i Riells Amigos de los Cingles de Bertí)