Ruta de los oficios en Coche Eléctrico por Osona y el Ripollès

Vic, la ciudad de los santos

Iniciamos la ruta por los museos industriales en la ciudad de Vic. Con unos 47.500 habitantes y una superficie de 30,6 km², la conocida como ciudad de los santos y capital de la comarca de Osona es rica en cultura, monumentos, gastronomía e historia.

Pero la primera parada que te lleva a Vic es el Museo del arte y de la piel. Ubicado en la calle Arzobispo Alemany, 5, el llamado también MAP se inauguró en 1996.

La gran tradición en el trabajo de la piel en la ciudad es el origen de este museo, donde podrás ver de primera mano la colección reunida por el reconocido curtidor de Vic Andreu Colomer Munmany.

Para aquellos que no sepan de qué se trata, el oficio de curtición consiste en que la piel de determinados animales no se descomponga o pudra una vez separada de éste sino que se conserve para poder utilizarla para la creación de distintos objetos o vestimentas.

En el MAP se exhibe una colección centrada en objetos elaborados total o parcialmente con piel. Por ejemplo, arcones, biombos, frontales de altar, arquimesas, sillas, sillas de montar, máscaras, figuras para teatro de sombras, etc. Las piezas, de gran riqueza artística, son de procedencia y épocas muy diversas y muestran una gran variedad de técnicas del trabajo de la piel, como grabado, herrajado, gofrado, calado, repujado, moldeado o bordado.

Además, también se organizan exposiciones temporales, todas ellas relacionadas con el mundo de la piel y el oficio de curtido.

Si tienes tiempo para visitar más museos, en Vic no te vas a quedar sin opciones. Además del MAP, puedes encontrar también el Museo de Arte Medieval (MEV), que ocupa un lugar preeminente entre los museos de Europa y reúne una de las mejores colecciones de arte románico y gótico del mundo, el Museo de San Antonio M. Claret, un completo espacio didáctico sobre la vida del Padre Claret, o el Museo Balmes, donde se puede ver una exposición sobre la obra del filósofo de Vic Jaume Balmes.

Más allá de los museos, si todavía tienes ganas de sumergirte en la capital de Osona, te recomendamos que de un paseo por su encantadora plaza Mayor, una plaza porticada de forma cuadrada con arcadas que dan toda la vuelta a la plaza. Allí se concentra gran parte de la vida social de la ciudad, y podrás sentarte en una terraza, visitar el Ayuntamiento o comprar algún delicioso embutido de la comarca.

Por último, no te vayas de Vic sin ver el Templo Romano y la Catedral. El primero se trata del monumento más importante de la ciudad por su antigüedad, ya que fue construido a principios del siglo I. En cuanto a la catedral de Vic, ubicada en el centro histórico de la ciudad, es un imponente edificio que presenta una mezcla de estilos que van desde el románico hasta el neoclásico.

Manlleu, la capital del ter

Distancia: 9,6 km

Sube a tu vehículo eléctrico bien cargado y abandona la capital de Osona por la carretera B-522 en dirección a Manlleu. Después de unos 15 minutos de recorrido, llegarás a la siguiente parada de la ruta que circula por la llanura de Vic. Manlleu es una ciudad con una población de cerca de 21.000 habitantes y una superficie de 17,2 km².

"La capital del Ter", como es conocida Manlleu, es una ciudad milenaria con identidad propia y con un pasado industrial destacado.

El río Ter ha definido los límites de la ciudad y forma parte de sus paisajes y desarrollo urbano. El pasado, presente y futuro de la ciudad mantiene una estrecha relación directa con el río. Y es por este motivo que tu siguiente parada será, como no podía ser de otra forma, el Museu del Ter.

Ubicado en la plaza de las Dones del Ter, el museo tiene el objetivo principal de hacer valer el patrimonio industrial y natural de la cuenca media del río Ter. Por ese motivo, es un museo de territorio y sociedad que se proyecta sobre el territorio más allá del edificio y de sus colecciones.

El edificio del Museu del Ter ocupa una antigua fábrica de hilatura del año 1841 y es un espacio dinámico que ofrece multitud de opciones a sus visitantes. Podrás disfrutar de 1500 m2 de exposiciones y un gran número de actividades para entender la historia industrial del Ter y su biodiversidad.

Los cerca de 6.500 objetos conservados pueden agruparse en diferentes ámbitos temáticos: ciencia y técnica; etnología e historia local; arqueología y ciencias naturales. En el museo hay exposiciones permanentes como La Fábrica de Río, Las turbinas Francis y Fontaine, la Sociedad Industrial y Los ríos mediterráneos.

Centrándonos en la industrialización y los oficios que marcan el seno de esta ruta, cabe destacar que en el museo se explica la formación de decenas de fábricas y colonias textiles, que convirtieron a Manlleu y Osona en un dinámico distrito industrial. El proceso de industrialización llegó acompañado de profundas transformaciones sociales y culturales. A través de piezas audiovisuales, maquetas, escenografías y otros recursos, podrás ver la labor que realizaban en las fábricas los fabricantes y los obreros, especialmente las mujeres, que eran la mano de obra principal de las fábricas textiles del Ter.

Además de las exposiciones permanentes, el Museu del Ter tiene un apartado para pasarlo en grande con la familia. El EscapeTour del serpente de Manlleu es un escaperoom exterior para descubrir el patrimonio de Manlleu resolviendo los enigmas sobre la leyenda del Serpent. El Tesoro de la Quimeta, El Enigma del Ter o el Juego de los Pájaros del Ter son otras actividades que te permitirán descubrir la ciudad y su pasado mediante juegos para todas las edades.

Como puedes ver, las opciones son enormes y por este motivo el Museu del Ter es uno de los más destacados de Cataluña y un requisito indispensable al visitar Manlleu.

Aunque el museo es el gran punto de atracción cultural e histórica, te recomendamos otros puntos interesantes de la ciudad, manteniendo el río y la industrialización como protagonistas. Son buenos ejemplos la Colonia Rusiñol con el Cau Faluga o la antigua residencia de tendencias modernistas de la familia Rusiñol. Y si simplemente quieres caminar y descubrir el corazón de la ciudad, paseate por el actual Paseo del Ter, el centro de ocio y de ocio a cielo abierto más conocido de Manlleu.

Torelló, villa tornera por excelencia

Distancia: 6,2 km

A 10 minutos en coche de Manlleu encontramos la villa de Torelló. Para llegar se debe seguir la carretera BV-5224 durante unos seis kilómetros. Torelló se ubica en el corazón del Valle del Ges, en la confluencia de los ríos Ges y Ter. Tiene cerca de 15.000 habitantes y una superficie de 13,5 km2.

La industria es la base del desarrollo económico del municipio de Torelló. Aunque mantiene cierta actividad agrícola y ganadera, la metalurgia, el textil y la tornería son los motores de la actividad económica de la ciudad.

Y aquí es donde volvemos a detenernos para que visites un museo relacionado, esta vez, con la tornería. Este sector es tradicional en Torelló y es una actividad muy arraigada, ya que en el valle del Río Ges es donde se concentra el mayor número de empresas de toda Cataluña relacionadas con esta actividad.

La tornería es una técnica que consiste en dar forma a piezas de metal mediante el torno. La historia de la tornería en Torelló data al menos del siglo XIII, pero tuvo su auge a partir de mediados del siglo XIX, con la creación de los grandes talleres de cuerno y madera Pujol (1853) y Vidal (1854). Se hacían muchos productos, pero principalmente juguetes, objetos de decoración, mobiliario y pipas.

El Museo de la Tornería del Valle del Ges tiene su sede en la antigua fábrica Can Vidal, en la calle La Pau, 14, de Torelló. Allí puedes encontrar la historia de este oficio artesano, el tornero de madera y cuerno, que, con la llegada de la industrialización, se convirtió en un sector industrial complementario del sector textil.

El edificio donde se ubica el museo, la Torneria Vidal, es un ejemplo de la arquitectura industrial llevada a cabo por los maestros de obra e ingenieros de finales del siglo XIX. El Museo de la Tornería del Valle del Ges se creó en 1995 y con el paso de los años ha ido evolucionando, especialmente con donaciones que desinteresadamente han llevado a cabo los propietarios de las tornerías.

En la planta baja del museo podrás ver el proceso productivo de las grandes fábricas especializadas en la fabricación de complementos para la industria textil, como pueden ser un bolo de telar, un rodillo de urdimbre o un cañón de mechera.

En la primera planta descubrirás el origen de la tornería y su evolución. El museo se centra en el caso concreto del Valle del Ges, pero también podrás encontrar información sobre otros centros de tornería que hubo en Cataluña, como Sant Hilari Sacalm, Arbúcies o Manresa.

Empapados de historia industrial y del oficio de tornero, Torelló tiene otros atractivos turísticos que también vale la pena que puedas descubrir. Si tienes la suerte de ir por Carnaval, podrás vivir una de las fiestas más locas y conocidas de Cataluña. Pero durante el resto del año te recomendamos especialmente la visita a la iglesia de Sant Feliu de Torelló, protegida como bien cultural de interés local. Ubicada en el centro histórico de la localidad, la iglesia se divisa desde todos los lugares del municipio.

Les Masies de Voltregà y el origen del cobre

Distancia: 7,2 km

Abandona Torelló con tu vehículo eléctrico y toma la carretera BV-5225 para incorporarte posteriormente a la C-17. A 10 minutos en coche te plantarás en el siguiente destino de la ruta, el pueblo de Les Masies de Voltregà, todavía situado en la Plana de Vic. Con poco más de 3.000 habitantes y una superficie de 22,4 km², dentro de su término municipal se ubica el pequeño municipio de Sant Hipòlit de Voltregà. Les Masies de Voltregà se constituyó como municipio independiente después de segregarse de la villa de Sant Hipòlit de Voltregà en 1801.

Y en este pequeño lugar de la Plana de Vic encontramos un museo único en toda Europa: el Museo del Coure. Lo podrás localizar en la Colonia Lacambra, s/n, en un edificio modernista espectacular, una antigua torre de los Condes Lacambra, de principios del S. XX, que se encuentra dentro de las instalaciones de la empresa La Farga.

El Museo del Cobre de Les Masies de Voltregà se inauguró en 2008 con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento de La Farga. Su principal objetivo es la divulgación de las aplicaciones que La Farga ha hecho del cobre a lo largo de la historia en el ámbito industrial, económico y ambiental.

El Museu del Coure dispone de diferentes recursos, colecciones y una oferta pedagógica muy interesante para que los visitantes puedan conocer el descubrimiento del cobre, los orígenes de la metalurgia y la relevancia del cobre desde entonces hasta la industrialización. El cobre es un elemento químico de color rojizo que pertenece al grupo de metales nobles. Es un metal relevante porque es un excelente conductor del calor y de la electricidad y, a su vez, es dúctil y maleable. Asimismo, el cobre participa en funciones biológicas de personas, animales y plantas.

Una vez dentro del museo encontrarás una pasarela hecha como no, de cobre, desde donde podrás ver en directo el proceso productivo de transformación del cobre de La Farga, además de ver cómo era la colonia antiguamente y una planta de trefilaria.

Y una vez conocido el mundo del cobre en este apasionante museo, te recomendamos que te dirijas al santuario de la Virgen de la Gleva. Esta iglesia es una obra protegida como Bien Cultural de Interés Local y es el segundo santuario más importante de Cataluña después del Santuario de Montserrat. Por tanto, es de visita obligatoria.

La leyenda dice que una pastorcilla encontró a la Virgen en el monte Terrer, dentro de una cueva formada por dos columnas que sostenían una gleba. Por este motivo, en 1286, se realizó una capilla en el lugar donde se encontró la imagen. Posteriormente, se le añadieron construcciones hasta 1766, cuando finalizó la construcción actual.

Ripoll, la cuna de cataluña

Distancia: 25,8 km

Esperamos que tengas el coche eléctrico bien cargado antes de abandonar Les Masies de Voltregà, ya que el trayecto hasta el nuevo destino es ligeramente más largo. Siguiendo la carretera C-17, en unos 25 minutos llegarás a Ripoll, último punto de tu ruta y única localización fuera de la comarca de Osona.

Ripoll es la capital de la comarca del Ripollès, cuenta con unos 10.500 habitantes y es considerada La Cuna de Cataluña. ¿Por qué? Te pedirás. Pues por su situación territorial estratégica y por su prematura actividad industrial y empresarial. En la ciudad se construyó el monasterio más importante del país, el Monasterio de Santa María de Ripoll, fundado por el conde Guifré el Pilós.

La ciudad ha sido siempre una importante confluencia de personas procedentes de otros lugares. Y esa diversidad cultural y actividad económica la convirtieron en uno de los referentes que se ganó el apodo de El Bressol de Catalunya.

Pero después de conocer este detalle de la historia de Ripoll, volvemos a centrarte en los museos, que son el seno de tu ruta. En Ripoll podrás visitar el Museo Etnográfico. Ubicado en la Plaza del Abad Oliba, en la sede del antiguo edificio de Can Budellers, exhibe una gran colección de objetos ligados a la vida privada, a los oficios y a la industria.

El Museo Etnográfico de Ripoll fue fundado en 1929 y fue el primero en reunir material etnográfico en Cataluña. La principal misión de este centro es documentar, estudiar, difundir y conservar el patrimonio etnológico material e inmaterial de la comarca del Ripollès.

Podrás encontrar tres exposiciones permanentes sobre la historia del museo a lo largo de sus más de 80 años, colecciones relacionadas con el sector del campesinado, del trabajo y la vida en el hogar, los artesanos y finalmente, la industrialización.

Así, es un lugar ideal para descubrir el pasado y la transformación de la sociedad a través de los oficios y las personas.

Además de las exposiciones permanentes, el Museo Etnográfico de Ripoll también expone diferentes colecciones muy curiosas, como armas de fuego ripollesas, juegos y juguetes o religiosidad.

Y... no queremos despedirnos de Ripoll sin hablar de otra visita muy relevante de la capital del Ripollès, que irá ligada con todo lo que has conocido en el anterior museo. Y ésta es nada menos que La Farga Palau de Ripoll, que podrás encontrar en el paseo de la Farga Catalana, 16.

Fundada como fragua de hierro en el siglo XVII, mantuvo su actividad durante cinco siglos, hasta 1978. Como dato importante, fue la única fragua de Cataluña que elaboró piezas de cobre hasta la segunda mitad del siglo XX.

Actualmente, la Farga Palau de Ripoll se puede visitar para descubrir sus antiguas instalaciones y conocer todo el proceso de fabricación. En 1986, La Farga Palau de Ripoll fue reconocida como lugar de interés metalúrgico mundial por el AmericanSociety for Metals.