Volcanes y otros encantos de La Garrotxa

Adentrándonos en el legado medieval

Empezaremos la ruta por la zona este de la comarca donde encontramos Besalú. Este municipio conserva casi a la perfección sus orígenes medievales. La edificación más importante y utilizada como icono de la villa es el puente románico, el único de Cataluña con siete arcadas. Su construcción, junto con la de la muralla, es del siglo XIV. La visita de Besalú se puede hacer perfectamente a pie, el paseo por las calles adoquinadas, la visita de las iglesias de San Pedro y San Vicente y el descubrimiento de los baños judíos, os permitirán gozar más directamente de la esencia medieval que se respira en esta población. No obstante, para los más atrevidos, en la oficina de Besalú podéis alquilar bicicletas y vuelos en globos aerostáticos para disfrutar de una visita alternativa. En esta misma oficina podréis contratar visitas guiadas por el pueblo, algunas también nocturnas con representaciones teatrales.

Para conocer los mitos que envuelven Besalú sería bueno leer El puente de los judíos de Martí Gironell.

Un pueblo colgado en el acantilado

La próxima parada siguiendo la N-260 de camino hacia Olot será Castellfollit de la Roca , uno de los pueblos más pequeños de Cataluña, con 1000 habitantes y una extensión de menos de 1km2. Antes de llegar, desde la carretera, podréis contemplar una fantástica vista de Castellfollit de la Roca. El pueblo está colgado sobre unos acantilados basálticos de casi 50 metros de altura, estos acantilados se crearon a partir de la solidificación de la lava del volcán Croscat y la posterior erosión de los ríos Fluvià y Torronell durante millones de años. El casco antiguo de la población es de estilo medieval y sus estrechas calles le dan un cierto encanto; juntamente con la torre de San Roque son los elementos más interesantes de visitar.

Un paseo por el Parque Natural y sus pueblos

Si tomáis de nuevo la misma carretera os llevará hasta Olot, la capital de la comarca, y desde allí podréis coger la carretera GI-524 hacia La Fageda d'en Jordà, los volcanes y Santa Pau. Podéis dejar el vehículo en la explanada de Can Serra y visitar la zona a pie ya que está perfectamente señalizado.

Al entrar al Parque Natural deberéis solicitar un permiso que podréis conseguir en la oficina de información del Parque, en la misma explanada. Allí os informarán también de las casi treinta rutas propuestas, de diferentes niveles y duración, para hacer por la zona, y también de los paseos en carro y caballo por la Fageda. Muchas de estas rutas son circulares, y podéis dedicarles medio día.

Las altas hayas de la Fageda crecen sobre un terreno llano y rojizo debido a la lava del Croscat. Este bosque adquiere un aire fantasmagórico al ponerse el sol, y durante todo el año el espacio se llena de un color anaranjado, espectacular en otoño. La Fageda ha sido fuente de inspiración de famosos escritores catalanes. Joan Maragall lo describía como:

Dentro de la Fageda encontraréis la Cooperativa la Fageda. Esta empresa sin ánimo de lucro da trabajo a todas las personas de la comarca de La Garrotxa que padecen disminuciones psíquicas o enfermedades mentales y están en disposición de trabajar. Se dedica a la producción de yogures 100% naturales, de alta calidad, y al cultivo de plantas, siendo la empresa más grande de jardinería de la comarca y la tercera en producción de derivados lácticos. Es interesante visitarla, tanto para ver el proyecto social que llevan a cabo, así como para apreciar la elaboración de sus productos, muy valorados en toda Cataluña.

El volcán de Santa Margarita es curioso por la pequeña ermita de estilo románico que se construyó en su cráter, rodeada de extensos campos de hierba y bosques que dejan entrever la tierra rojiza. Finalmente el Croscat, accesible a personas con movilidad reducida ya que se puede visitar en un pequeño tren, es el más alto de la península (160m). Tiene un enorme corte transversal que se hizo cuando era una explotación minera, y que actualmente permite apreciar las diversas etapas de formación.

Una vez finalizado el paseo, podemos continuar la carretera hacia Santa Pau. Esta pequeña y tranquila villa también conserva su esencia medieval, pero es conocida por su cultivo de guisantes en tierra volcánica. Se llena de gente por la feria del guisante que celebran por San Antonio. Si tenéis la posibilidad comprar unos pocos o disfrutadlos en algún restaurante de la zona.

Una zona por descubrir: La vall d'en Bas

Si volvemos hacia Olot por la misma carretera y seguimos hacia el Sur por la C-152 dirección Sant Esteve d'en Bas, entraremos en la Vall d'en Bas. Se trata de un conjunto de siete poblaciones que forman un único municipio, enmarcadas en unos paisajes espléndidos. Las cimas del Puigsacalm y del macizo de Santa Magdalena, ambos alrededor de 1500m de altura, encabezan el cielo de estos parajes, siendo las siluetas más características de la zona. Además un continuo de riachuelos y rías, que desembocan en el Fluvià, humedecen los pies de estas montañas. En el centro encontramos las villas d'Hostalets d'en Bas y el Mallol, las dos catalogadas como conjuntos histórico-artísticos, muy conservadas y bien cuidadas; aprovechad para dar un paseo ya que merece la pena. Para los más atrevidos, continuad el camino que os ha llevado hasta aquí y encontraréis les Gorgues de Sant Privat, pequeñas retenciones de agua donde os podréis bañar. Si preguntáis a cualquier persona de la zona os indicará como llegar.

Un interesante paseo en bicicleta por esta zona es la ruta del ferrocarril, que va de Olot a Gerona siguiendo una antigua vía de ferrocarril. Los primeros 20km del camino son en tierras de La Garrotxa, cruzando la parte de la Vall d'en Bas. Es una ruta fácil y agradable, perfectamente habilitada para hacer en familia.

descargar el tríptico del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa