De ruta por los castillos medievales del río Gaià

Un recorrido por los castillos del río Gaià

El Gaià es uno de los ríos que recorre las tierras tarraconenses, en concreto atraviesa las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Tarragonés.

En la Edad Media -siglos X y XI- jugó un papel muy estratégico, ya que hizo de frontera natural entre el Condado de Barcelona y Al-Andalus. Por esta razón, a lo largo de su curso, se edificaron cerca de medio centenar de castillos y algunas torres de vigilancia que sirvieron de freno a la invasión musulmana hacia el norte.

Desgraciadamente y dadas las duras condiciones de vida de la Edad Media, la mayor parte de estas fortificaciones fueron abandonadas por sus propietarios hasta la actualidad. Sin embargo, hay algunas que han mantenido un buen estado de conservación, se han reconvertido en espacios de ocio y pueden visitarse.

Alrededor de estos castillos nacieron poblaciones como Altafulla, Tamarit, Aiuguamurcia o Santa Perpetua de Gaià, villas que en sus calles esconden la historia viva del pasado de nuestro país y que también visitaremos.

La ruta

Esta ruta por los castillos del río Gaià, además de un viaje por la geografía tarraconina es principalmente un itinerario que le llevará a otra época. Nos referimos a la época de las luchas territoriales, de los señores feudales y los caballeros. Como ellos, y si lo desea, podrá recorrer a caballo algunos de los castillos, aunque si no sois tan soñadores también lo puede hacer en coche o en bicicleta.

Nosotros os proponemos una selección de castillos y torres que podéis descubrir siguiendo el curso natural del río desde su nacimiento, cerca de la población de Santa Coloma de Queralt, en la comarca de la Conca de Barberà, pasando por el monasterio de Santes Creus y hasta su desembocadura cerca de Altafulla, una villa costera al norte de la ciudad de Tarragona.

El punto de partida de la ruta de los castillos sería la población de Santa Coloma de Queralt, situada en el norte de la provincia de Tarragona, muy cerca de la cual nace el río Gaià. Esta villa, que conserva parte de su muralla medieval, tiene sus orígenes en la existencia del castillo de Queralt, situado en la comarca del Anoia. El castillo originario del siglo X fue destruido por Almanzor, pero puede ver los restos de las reconstrucciones que se llevaron a cabo en los siglos posteriores.
Aunque es una obra renacentista, vale la pena que cuando pase por Santa Coloma de Queralt, visitará el castillo de los condes de Queralt, ya que conserva la torre del Homenaje, del siglo XI. Actualmente, el castillo es un espacio destinado a actividades culturales y, entre otros, acoge la biblioteca municipal.

Si continua bajando, se encontrará las ruinas del castillo de Pontils, conocido como “el Castellet”. A continuación llegará a Santa Perpètua de Gaià, población que actualmente está casi deshabitada, y que conserva una torre de 15 metros de altura del siglo X, situada en un acantilado con impresionadas vistas.

Un poco más abajo, no se debe perder la visita a los castillos de Saburella y Selmella. El primero, de construcción posterior a la Reconquista (por eso se edificó en el lado izquierdo del río Gaià) se encuentra sobre una colina y se conserva bastante bien, sobre todo dos de las torres semicirculares y parte de la muralla. En cuanto al castillo de Selmella, conserva algunos muros, parte de la muralla y la base de la torre. En 1988 fue declarado Bien de Interés Cultural.

En el lado derecho del río Gaià y un poco más abajo de la población de Querol, encontrará los castillos de Querol, Pinyana y Montagut. Se considera que tienen ciertas similitudes, dado que son de la misma época. El castillo de Querol fue declarado en 1985 Bien de Interés Nacional. Del castillo de Pinyana, que llegó a ser propiedad del monasterio de Santes Creus, sólo se conserva parte de su torre de homenaje y de su muralla. En cuanto al castillo de Montagut, hoy en día sólo encontrará algunos restos.

En este mismo margen del Gaià, y si continúa el curso de río hacia el mar, llegará a Santes Creus, donde podrá visitar su monasterio cisterciense, fundado en el año 1160. Un poco más abajo llegará a Aiguamurcia, pequeño pueblo que tiene los sus orígenes, una vez más, en la edificación del castillo de Selma y el de Albà.

El castillo de Selma, originario del siglo X, pasó por varios propietarios, hasta que fue abandonado definitivamente en 1930. Actualmente, conserva sólo una parte del contorno amurallado y la iglesia de San Cristóbal. El castillo de Albà fue propietaria del obispado y sólo se conserva una torre y algunas ruinas.

En Rodonyà, pequeña población de medio millar de habitantes, se puede visitar su castillo, del que se conservan los muros de defensa. Actualmente es propiedad del ayuntamiento y está en fase de restauración.

Al sur de la población de Montferri, se encuentra el castillo de Rocamora, que actualmente es un restaurante. No muy lejos podrá visitar la Torre de Montferri, de finales del siglo XI. Su estado de conservación permite que suba a pie, lo que le permitirá disfrutar de unas vistas impresionantes. Si hace buen tiempo puede ver el mar.

Acercándose cada vez más a la costa, llegará al castillo de El Catllar, situado en la población del mismo nombre, que fue habitado hasta finales del siglo XVIII. Esto ha permitido que se conserve en mejor estado que otras y que se puede visitar dos torres de 14 metros unidas por un muro y algunas estancias en su interior, al que llegará después de atravesar el puente que supera el antiguo foso.

Finalmente llegará a los dos últimos destinos de esta ruta, el castillo de Tamarit y el castillo de Altafulla. El castillo de Tamarit, del siglo XII, es de estilo románico y se construyó en la misma desembocadura del río Gaià, posiblemente para evitar los ataques de los piratas. Está en muy buen estado de conservación, así como su iglesia y torre del homenaje, situada fuera del recinto. Esto ha sido posible gracias a las diversas remodelaciones realizadas por sus últimos propietarios. Actualmente han destinado el castillo a celebraciones de bodas.

En cuanto al castillo de Altafulla, se trata realmente de un castillo-palacio de principios del milenio que mantiene un estado de conservación muy bueno, aunque debemos decir que no es el original, sino una versión del siglo XVII. Está ubicado en el casco histórico de la población costera del mismo nombre, que también ha conservado en sus calles y plazas el auténtico espíritu medieval. Tanto es así que toda Altafulla ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico.

¿Cómo llegar?

Si su punto de partida es Barcelona, la mejor opción es ir en coche hasta Sta. Paloma de Queralt e iniciar la ruta desde allí. Debe tomar la A-2 en dirección a Igualada y después el desvío de la C-241. Y a partir de aquí puede tomar la T-201 hacia Pontils, la C-37 para llegar a Santes Creus y la T-202 para continuar hasta Tamarit y Altafulla.

Si te apetece empezar desde la costa hacia el interior, puede tomar la AP-7 en dirección a Tarragona y antes de llegar encontrará el desvío por Torredembarra y Altafulla.