Riscos de Aiats y Cabrera desde Cantonigròs
Desde la llanura de Vic, uno de los perfiles que se recorta siempre en el horizonte son las crestas del Pla d'Aiats y Cabrera. Como si fueran dos "flanes" o dos torres con la cima bien plana, su forma es bien visible desde la llanura. Desde arriba, la vista es agradecida y los bosques del entorno en otoño son muy atractivos.
- Dificultad: baja-moderada. A tener en cuenta el tramo de subida fuerte hacia el Pla d'Aiats y un pequeño paso con cuerda cerca del Coll del Bram. Precaución de no resbalar con la roca si el día es lluvioso o después de la caída de las hojas.
- Desnivel: 656 m de desnivel positivo acumulado.
- Tiempo: entre 4h y 5h según ritmo y paradas.
- Kilómetros: 11,9 km.
- Variantes: Una alternativa sería subir al Santuario de Cabrera desde la ermita de Sant Julià de Cabrera, a través del GR-151 o realizar una circular por la sierra de Cabrera y el Pla del Prat. También se podría trazar algún camino por la vertiente norte, viniendo de la esquina de Falgars d'en Bas. Como alternativa, podríamos añadir la Agullola de la Tuta en las cimas del itinerario descrito.
Acceso
Desde la C-25 o desde Vic, tomamos la C-153 hacia Roda de Ter hasta Cantonigròs. Llegamos al cabo de una media hora, después de varias curvas y 20 km. Dejamos el coche justo en la entrada del pueblo.
Recorrido
Desde el aparcamiento frente al restaurante Puntí, tomamos el camino que sale paralelo a la carretera en dirección Norte/Noroeste hasta llegar a la carretera C-153 justo antes del Puente de la Rotllada. Este primer tramo, coincide con el Camino de Sant Jaume en el tramo de Vic a Olot. Cruzamos el puente y tomamos la pista forestal que va hacia las masías de Caselles y Aiats. (palo indicador). Seguimos por esta pista planeando durante unos 20 minutos. Progresivamente nos vamos acercando a los riscos de Aiats, que están justo delante de nosotros. A medio camino, ignoramos un cruce de pistas a izquierda y derecha que nos llevaría a la casa de Caselles. Más adelante, cuando entramos en el bosque, encontramos una bifurcación de la pista. Seguimos por la de la derecha y regresaremos de bajada por la de la izquierda. La pista cruza la Riera o Torrent d'Aiats y seguimos hasta la casa del mismo nombre.
Una vez en la masía de Aiats, la bordeamos y cruzamos los prados posteriores hasta encontrar el camino y los mojones que empiezan a remontar por el bosque. Inicialmente, subimos por unas torrenteras rodeadas de boj y progresivamente iremos alternando tramos de roca y bosque caducifolio. El camino va serpenteando y puede que durante el otoño cuando caen las hojas de los árboles el camino se difumine un poco. Iremos encontrando algunos hitos pequeños y marcas azules viejas. En algún punto nos ayudaremos con las manos para superar los espolones rocosos, especialmente en un resalte que encontramos cuando pasamos cerca de la cresta. Más arriba, se abren las vistas hacia la vertiente de poniente de la montaña y subimos el último tramo de ascenso por el Grau de l'Escaleta, un punto flaco del riscal de Aiats por donde se puede subir en medio del hayedo. Llegamos a la casa en ruinas de la Cabaña del Pla d'Aiats. Pasamos por el lado y seguimos por el sendero hasta encontrar el sendero que planea por encima de los Riscos de Aiats. Ahora seguiremos por este camino entre prados y tramos de hayedo hasta llegar a un rellano donde se encuentra la bandera y un poema de Miquel Martí i Pol. En este punto, la panorámica del Collsacabra es estupenda y la vista se alarga desde el Puigsou o Rocacorba (sobre Girona) hasta Montserrat y el Berguedà. Si desea alargar la vista hacia la Garrotxa, recomendamos terminar de bordear los riscos hasta justo antes de perder desnivel hacia el norte.
Una vez hemos disfrutado de la vista, volvemos atrás hasta el cruce con el sendero de subida y ahora seguiremos llaneando allá entre los prados rodeados por helechos y el bosque que alterna la haya con el roble. El camino se va encarando en dirección Norte/Noroeste y justo a la altura del Puig Flabiol empezamos a bajar hacia el Coll d'Aiats. Iremos encontrando marcas de color azul durante el camino.
Justo en este collado, encontramos una bifurcación de caminos: tomamos el de la derecha. El camino bordea el Puig dels Llops por la esquina umbría y cruzamos un pequeño paso donde hay una cuerda y unos escalones para mayor comodidad. No tiene demasiada dificultad, pero en caso de terreno mojado o con mucha hoja caída nos irá bien.
Poco después, llegamos al Coll del Bram, donde llega la pista forestal que viene de Sant Julià de Cabrera. Delante nuestro se levanta el risco y las escaleras de acceso al santuario. Podemos subir directamente por allí, pero optamos por bordear el risco por la umbría y subir por los antiguos rodeos que seguían un camino empedrado para acceder a la ermita. En este tramo hay alguna marca de color amarillo y es especialmente bonito en otoño.
Una vez llegamos arriba, tendremos el Santuario delante y la cima detrás. Sólo nos faltará seguir la cresta (con grandes vistas a ambos lados) hasta el vértice geodésico. En este punto, también encontraremos algunos antiguos restos del Castillo de Cabrera.
Desde este balcón, disfrutamos de la llanura de Vic desde un punto de vista privilegiado. También vemos el Puigsacalm y otras cimas del Prepirineo. La ubicación de la Virgen de Cabrera es excepcional y en el interior del santuario también podremos disfrutar del restaurante los fines de semana.
Para volver al collado del Bram, seguimos las escaleras que bajan por el hilo de la cresta y bajamos rápidamente hasta llegar al collado de nuevo. En este punto, seguimos por el sendero que va en dirección Sur y más adelante encontramos una bifurcación de caminos: seguimos por el de la izquierda (hay un pequeño palo indicador). El de la derecha nos bajaría hacia Sant Julià de Cabrera. Poco después, saltamos de vertiente hacia la Coma d'Aiats y seguimos por el sendero con marcas azules (evitamos un sendero a la izquierda con marcas rojas). Vamos perdiendo altura haciendo varios rodeos hasta llegar al fondo del valle por un bosque de hayas con sotobosque de bojes (muy afectados por la oruga del boj, a fecha de 2019). Cuando ya estemos en el fondo del valle, el camino se convierte en pista y progresivamente vamos bajando suavemente por esta antigua pista forestal hasta encontrar, de nuevo, el desvío de pistas que hemos dejado por la mañana. Desde este punto, ya sólo nos faltará llegar a Cantonigròs por el mismo camino que hemos hecho en la ida.
Autoría fotografías y texto: Sergi Boixader
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