El Bruc

El Bruc, ubicado en la comarca de la Anoia, es una de las entradas en la montaña de Montserrat. De hecho, una gran parte de su término está incluido dentro del Parque Natural de la Montaña de Montserrat. En algunos rincones de este entorno natural habita la planta que da nombre a esta población. El Bruc es una planta considerada mágica por los celtas y que hace unas flores blancas. También, por su territorio transcurren numerosas rías, entre ellas la de Guardiola.

Por lo que hace los orígenes del municipio se han encontrado yacimientos que corresponden al neolítico. Aunque, los primeros indicios documentados fechan del año 899 referentes al Castillo de la Guàrdia, del cual tan solo quedan los restos.

Próximos a los restos de este castillo se encuentran las ruinas de la Capilla de Sant Pau Vell de la Guàrdia de estilo románico. Y también, dentro del mismo término del castillo, adosada a Can Cuixà, está una capilla románica conocida como Sant Miquel de Vilaclara. Referente al primitivo templo románico se conserva el ábside y el campanario de Santa Maria. Actualmente, forman una capilla lateral.

El Bruc también cuenta con patrimonio modernista, como es el caso de Can Casas y Cal Díaz, dos edificios residenciales. Por todo el núcleo se refleja la relevancia que tuvo la "masoveria"  ya que se conservan muchas de diferentes épocas; Can Jorba, la Vinya Nova,...

Destacar el Puente de la Parroquia que atrae la mirada de muchos visitantes. Este puente se construyó para comunicar dos partes del núcleo que quedaban divididas por el torrente de Dalmases.

Este municipio, en gran parte, también es conocido por su leyenda, "el timbaler del Bruc" . Y es que quién no ha oído a hablar de él?

Esta leyenda se ambienta en un momento histórico que se vivió en esta zona, la Guerra del Francés fechada en el año 1808, en el cual destacó un joven tambolinero que tubo un papel relevante en las primeras batallas cuando se enfrontaron con los franceses. Éste, con el repicar del tambor, y el eco, espantó los franceses haciéndolos creer por el ruido que se enfrontarían a un ejército muy numeroso.

En el municipio se encuentra un monumento dedicado a éste joven tambolinero y cada año a principios de junio se celebra una fiesta conmemorativa de éste hecho.