Breda

Breda es un pequeño municipio situado en los parajes orientales del Montseny, dentro de la comarca de la Selva. Se tiene constancia desde finales del siglo IX, cuando era una villa rural, pero no se la puede considerar una población del todo asentada hasta 200 años después.

En el año 1038, los vizcondes de Girona, Guerau de Cabrera y Ermesenda, decidieron fundar un monasterio en la villa, lo que impulsó de forma definitiva su situación. Lo mantuvieron los monjes benedictinos y también se edificó una iglesia. Fue entonces cuando se construyó la iglesia de Santa María de Breda, la cual no se conserva, pero cuyas bases han servido para diferentes edificaciones hasta la actualidad, que da espacio al ayuntamiento y al Museo Municipal "Josep Aragay". Aun así, se conserva un ábside con pinturas al fresco del románico y un campanario del siglo XVIII.

La iglesia que encontramos hoy en día se conoce como la “ catedral de la Selva ”, por la longitud de su nave y la grandiosidad del campanario. Éste, es considerado el edificio más antiguo de la villa. Va acompañado de uno de los cuatro junto al claustro, el único que se ha mantenido hasta la fecha. Dentro del recinto del monasterio también encontramos el Patio de la Abadía, que es un claro ejemplo de patio medieval.

Cabe mencionar también el Castillo de Montsoriu, que si bien no está situado dentro del municipio de Breda, lo preside y es fiel observador desde su posición privilegiada

Dentro de los límites de Breda también encontramos una ermita, la de Santa Ana, datada del siglo XVII y situada en la cima de una colina.

Otros lugares de interés son, la iglesia de Santa Maria, antigua iglesia parroquial, el Centro Cultural Els Forns, antiguo obrador de barro, y el Museo Josep Aragay, dedicado a la difusión de la obra de este artista nuevecentista.

La ubicación del pueblo ha hecho que Breda haya sido una población afectada, a menudo, por guerras, entre ellas la del Francés, las Carlistas o la Guerra Civil.

Hoy en día, Breda es conocida en toda Cataluña por la serie televisiva “Ventdeplà” que hizo uso de sus espacios para crear un pueblo ficticio y protagonizar todos sus capítulos. Desde entonces, el turismo ha aumentado.