Pessebre Vivent de Pals Pals

Cuando se acercan las fiestas navideñas...

En el pueblo se empieza a respirar un aire diferente y a partir de finales de octubre ya se intuyen los primeros movimientos. Ha llegado la hora de preparar las representaciones del Pesebre Viviente de Pals.

Hoy, ya podemos decir, que nuestro pesebre tiene una larga historia. Todo comenzó en 1987, cuando un grupo de padres y madres del entonces APA del Colegio Público Quermany de Pals decidió que era el momento de emprender una nueva aventura y montar un pesebre viviente. Aquel año, las representaciones tuvieron lugar en la Casa de Cultura de Ca la Pruna y no fueron muchos los participantes si tenemos en cuenta cómo ha ido creciendo.

El año siguiente, con la ayuda de Mn. Barcons, anterior rector de la parroquia, el pesebre se trasladó al recinto gótico, ocupando sus calles y algunas de las casas de los vecinos y, comenzó a crecer en número de participantes o figurantes, colaboradores, visitantes y, también, en extensión y calidad.

En la actualidad nos encontramos un Pesebre Viviente de Pals dónde actualmente se hacen 4 representaciones, hay más de 50 cuadros, participan más de 200 figurantes que, desafiando el frío o abandonando la mesa familiar en unas fechas tan señaladas, no pierden la oportunidad de ponerse en la piel de algunos de los personajes, y colaboran vecinos y vecinas que dejan las casas donde se montan los cuadros, herramientas, material... o bien se encargan del gran montaje que supone el pesebre.

El Pesebre Viviente de Pals va más allá de su significado religioso, se ha convertido en una propuesta lúdica y cultural asequible, cercana, familiar y de calidad. Recorriendo las calles de la Villa durante cerca de una hora, los visitantes pueden ser partícipes de diferentes pasajes del antiguo y el nuevo testamento.

Se hace difícil destacar algún aspecto concreto de nuestro pesebre, porque lo que lo caracteriza es la armonía del conjunto, como todos los detalles están perfectamente relacionados para que el viaje sea un éxito.

Aquellos que vengan a visitar nuestro pesebre podrán sentir y ver de primera mano el orgullo y el trabajo de un pueblo, de su gente. Sed, pues, bienvenidos.