Ruta del Ter por Celrà, Bordils, Sant Joan de Mollet y Flaçà

La ruta del Ter-Gavarres es una ruta de unión entre los municipios a ambos lados del río, pero hay que tener presente que no es una ruta circular, por lo tanto habrá que tener en cuenta que la vuelta se hará por el mismo camino. También se puede optar por coger el ferrocarril que enlaza Celrà, Bordils, Flaçà y Sant Jordi Desvalls para evitar al menos un trozo del recorrido.

El mapa que se encuentra adjunto al final de la ruta resalta el recorrido de la ruta del Ter de la zona derecha, así como también se muestra la ruta principal. El perfil altitudinal y la distancia que se refleja hacen referencia al tramo entre el inicio en la estación de trenes de Celrà y el molino de Vinyals en Flaçà, donde enlaza con el camino primigenio. Así pues, los aproximadamente 13,5 kilómetros que se indican en el mapa valoran la distancia entre estos dos puntos del recorrido.

El itinerario es prácticamente llano y perfecto para hacer en familia, a pie o en bicicleta, y de forma reposada disfrutando del paisaje de los alrededores del río que esconden gran cantidad de patrimonio natural así como cultural.

Comenzando la ruta en Celrà, se parte de la estación de tren situada ante el complejo de la Fábrica Pagans, un referente del modernismo industrial catalán. Hay que seguir las señales verticales que indican el camino, así como las marcas de la propia ruta del Ter. Se sale rápido del pueblo por el torrente de la Noria, que pasa por debajo de la vía del tren y la carretera de Palamós, y se bordea el polígono industrial para entrar en la llanura agrícola.

Poco después la ruta pasa junto a la Isla de los Sauces, un pequeño claro de bosque de ribera donde se puede observar la gran biodiversidad de estos ecosistemas fluviales tan escasos y frágiles.

La ruta sigue hasta la depuradora donde hay que girar a la izquierda. En este tramo hay que estar pendiente de las marcas de la ruta porque se volverá a girar a la izquierda en la siguiente masía, Can Simon, y más adelante se tendrá que hacer lo mismo una vez pasado el mas ruinoso de can Verneda.

Ahora el recorrido circula por el margen norte de lo que había sido un campo de aviación republicano entre 1937 y 1939. Aquí se podrá visitar tanto el polvorín del campo, como un refugio antiaéreo que se encuentran a pie de camino.

Seguidamente se llega a la encina monumental de la Cànova, donde se tomará el camino a la izquierda siguiendo el Ban (las plantaciones alineadas de árboles) que caracteriza el paisaje de esta zona del Ter. La ruta girará a la derecha para dirigirse directamente a Bordils donde no se puede obviar la visita a la iglesia de San Esteban, una espectacular construcción de estilo gótico con detalles renacentistas que contrasta mucho con el resto de iglesias románicas de la zona.

Se retoma la ruta por la calle de la Cruz donde hay un lavadero público de 1932, un espacio de socialización de los pueblos de donde vienen expresiones como "fer safareig" para hablar de los chismes.

Pasado el vecindario de Rissec, la ruta se cruza con la riera de Sant Martí Vell en el paraje de la Palanca, un bonito espacio sombrío y fresco.

Los siguientes puntos de interés son los pueblos de San Juan de Mollet y Flaçà. Ubicada sobre una pequeña elevación de la llanura, la iglesia de San Juan preside contundentemente el paisaje de los alrededores. A continuación la ruta cruza el núcleo antiguo de Flaçà, muy bien conservado y cuidado.

Finalmente, se llega al molino y la central hidroeléctrica de en Vinyals. En el molino se adosó una edificación industrial en s. XIX y una torre que le dan un aspecto único. En la parte posterior están las esclusas, así como la pequeña central hidroeléctrica de estilo novecentista. Siguiendo el camino de la central hidroeléctrica se llega al puente del tren, obra del ingeniero francés Eiffel.

Aquí se acaba este ramal de la ruta del Ter, aunque si se tienen ganas se puede continuar hasta Cervià de Ter, donde se puede visitar el casco antiguo y especialmente el monasterio de Santa Maria de Cervià y el castillo de Cervià, el primero una iglesia y monasterio románicos muy bien conservados, y el segundo una atalaya privilegiada sobre todo el Ter-Gavarres y el Empordà.

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