Barcelona, de mosaico en mosaico
Si caminais por Barcelona, no os olvidéis de mirar hacia abajo de vez en cuando: quizás estéis caminando sobre una maravilla de diseño.
La ciudad de los prodigios es como el escritor Eduardo Mendoza llamó a la ciudad más fría del Mediterráneo en una de sus novelas. El libro se desarrolla a finales del siglo 20, un tiempo en el que el Barcelona floreció y se convirtió en lo que es hoy. Un tiempo en el que las chimeneas de las fábricas crecieron junto a las torres de la Sagrada Familia.
Esta etapa de cambios y bullicio de la ciudad dejó su firma en miles de edificios en forma de suelos de baldosas, podemos encontrar iglesias, palacios y avenidas que tienen unos mosaicos fantásticos. Recientemente, dos instagrammers apasionados por los mosaicos invitaron a un fotógrafo alemán, Sebastian Erra, a bajar la vista, mirar al suelo y disfrutar de los mosaicos de Barcelona. De su visita salieron las siguientes imágenes, os animamos a seguir sus pasos!
La Isla de la Discordia
Sebastian comenzó su visita por la Isla de la Discordia (o Manzana de la Discordia), un tramo del Paseo de Gracia, en pleno Eixample de Barcelona, entre las calles Aragón y Consejo de Ciento. El nombre proviene de la rivalidad que durante el siglo XX había entre los tres mejores arquitectos modernistas de la ciudad, ya que cada uno había diseñado un edificio dentro de la misma manzana. Aquí se quedó sin palabras con la vista de la Casa Batlló de Gaudí. Sus balcones parecen máscaras venecianas, sus paredes una lluvia de confeti, y su techo de un gigante sombrero de arlequín. De hecho, los balcones y columnas de la Casa Batlló se cree que son los cráneos y los huesos de seres humanos devorados por un dragón - el techo - muerto por la espada de San Jorge - la chimenea.
Desde las distintas estancias de la casa Batlló, Sebastian pudo contemplar los otros edificios rivales: la casa Lleó Morera, de Domènech i Montaner, y la Casa Ametller, de Puig i Cadafalch.
Nuevas casas al estilo modernista
Mientras paseaba por Barcelona, Erras, entró en decenas de casas modernistas. A partir del siglo XIX, gracias a la revolución industrial que vivió la ciudad, la población creció rápidamente. El año 1861, se decidió ampliar la ciudad, con la construcción de un nuevo barrio, llamado Ensanche (que deriva de expansión). Esta zona es la formada por manzanas cuadradas que podemos detectar rápidamente cuando miramos un mapa de la Barcelona.
Gracias al momento de espledor que vivía la ciudad y los negocios, los dueños de las fábricas querían que sus pisos parecieran palacios y contrataron a los mejores arquitectos modernistas locales. Hasta este momento los suelos de las casas eran simples, como mucho adornados con alguna baldosa de cerámica blanca y azul aquí y allá, al viejo estilo catalán, y cubiertos de alfombras; pero con la llegada del modernismo los diseños de las alfombras se pasan directamente al suelo, para conseguir suelos que parecen alfombras reales, con patrones repetitivos, marcos y bordes, como los que diseñó el dibujante Josep Pascó i Mensa en la Casa Thomas, de Montaner por ejemplo. También podemos encontrarlos en La Pedrera o el Recinto modernista de Sant Pau.
Iglesias y rebelión
Algunos de los mejores mosaicos que encontró Sebastian estaban en las iglesias. Entre ellos, como no podría ser de otra manera, los de la Sagrada Familia. Aquí pudo descubrir el famoso quebradizo (trencadís), un tipo de mosaico que Gaudí dominaba a la perfección. El trencadís es un estilo modernista que consiste en la unión de pequeñas piezas rotas de cerámica, de baldosa o incluso de vajilla para conseguir un motivo o dibujo.
A pesar de la belleza de los diseños modernistas, no todo era de color de rosa, ya que el ascenso de la burguesía llevó a conflictos sociales terribles que estallaron el verano de 1909 en la Semana Trágica, y algunos edificios religiosos fueron quemados y saqueados, como la Parroquia de San Paciano, que posteriormente se utilizó como almacén hasta 1924.
El reino del pavimento hidráulico
Sebastian, en su afán de fotografiar los mejores mosaicos, visitó un palacio tras otro e identificó dos tipos de pavimentos: el pavimento hidráulico y el mosaico Nolla.
El mosaico Nolla fue creado a mediados del siglo XIX por el empresario Miquel Nolla Bruixet siguiendo una técnica importada de Inglaterra. Este tipo de mosaico tuvo un gran éxito mundial por su belleza y calidad. Hacia finales del siglo XIX, sin embargo, apareció otro tipo de mosaico, el pavimento hidráulico, que vivió su época de esplendor hasta mediados del siglo XX, ganando la batalla a los mosaicos Nolla, ya que era más sencillo de colocar, más barato de mantener y más resistente. Este pasó a convertirse en un referente del modernismo, que combina el arte y la industria.
La baldosa hidráulica se fabricaba pieza por pieza, primero se elaboraba una pasta con agua, cemento blanco, polvo de mármol, arena y pigmento del color elegido y se vertía en uno de los agujeros de la trepa, un molde de hierro que tenía la forma del dibujo del mosaico. Se llenaba hasta llegar a los 20 o 25 milímetros de espesor y seguidamente se pasaba a una prensa hidráulica que la compactaba, de ahí su nombre. Seguidamente se extraía, se dejaba secar y se sumergían un día en agua. Finalmente se humedecían con agua y se dejaban en una habitación con una humedad muy alta durante 28 días para que se endureciera la pieza.
Una de las fábricas más prestigiosas se encontraba en Barcelona, la fábrica Escofet, ya que utilizaban productos de gran calidad, y hacían diseños muy atractivos, donde trabajaban arquitectos como Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Enric Sagnier o dibujantes como Josep Pascó o Alexandre de Riquer.
Este sistema de fabricación prácticamente no ha cambiado desde su origen.
Son buena muestra también el Palau de la Música, el Palacio Casades, el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, el Círculo del Liceo o el Salón Sant Jordi en el Palau de la Generalitat de Cataluña.
Tiendas con estilo modernista
El advenimiento de las baldosas hidráulicas transformó los pisos de Barcelona en una alfombra de lujo. El fotógrafo, en su afán de capturar imágenes de gran belleza, visitó algunas tiendas antiguas, donde encontró pavimentos con decoraciones impresionantes: formas geométricas, motivos vegetales, o formas orgánicas estilizadas. Los animales y los seres humanos no se solían representar, para evitar la desagradable sensación de caminar sobre ellos.
Los colores típicos eran marrón, verde, rosa, amarillo, crema, gris, blanco y negro. Pero también se pueden detectar algunos ejemplos de rojo, azul, naranja e incluso violeta. La forma más común es el cuadrado de 20x20 cm clásico, pero había todo tipo de formas: hexágonos, triángulos, rombos y combinaciones entre ellos. Lo que fascinó especialmente a Sebastian son los suelos donde el dibujo surge de la combinación de azulejos: por ejemplo, cuatro baldosas cuadradas combinadas para hacer un patrón más amplio.
El artista visitó, entre otros, la papelería Villena, la Casa Calico, la farmacia Velasco, Zelinda Milano o la farmacia Ferrer Argelaguet.
Baldosas gourmets: Restaurantes
Como gran entusiasta de la comida, Sebastian visitó algunos restaurantes, consciente de que la comida es mucho más de lo que se come, es también el que se ve alrededor del plato. O en este caso, bajo la mesa.
Los dos instagramers que invitaron a Sebastian a la ciudad, enamorados también de las baldosas, han iniciado un proyecto paralelo, baldosas & Foodie, donde se combinan los alimentos frescos y los pavimentos fríos. Quizá sea esta la combinación que atrajo al joven Pablo Picasso a la hermosa Granja Viader. Aquí se puede disfrutar de una de las mejores tazas de chocolate caliente de la ciudad, junto con la vista de unos pavimentos preciosos.
Otros restaurantes con baldosas gourmet son el restaurante Cátedra, el Café Tenorio, Bocadillos Díaz, el Marítimo restaurante o el Toto Restaurante.
Hoteles con mosaicos modernos y modernistas
El auge que tuvieron los mosaicos durante los siglos XIX y XX llegó a su fin, y el uso del quebradizo, por ejemplo, pasó a ser esporádico pasada la época del modernismo. El último catálogo de Nolla Mosaicos fecha del 1920. Y la baldosa hidráulica no sobrevivió al auge de la construcción de 1960, cuando fue sustituido por opciones más baratas, como el gres.
Sin embargo, los mosaicos están teniendo una segunda juventud en algunos espacios, como son los hoteles que visitó Sebastian, donde se encontró un gran catálogo de estilos para poder caminar. En ocasiones los propietarios de los hoteles restauran los mosaicos originales o incluso encargan nuevas baldosas hidráulicas con diseños modernos. También hay toda una empresa de reciclaje de baldosas antiguas que se recuperan de pisos reformados o edificios derribados. En el Generator Hostel, por ejemplo, Sebastian se encontró en medio de un bello mosaico de azulejos diferentes, de colores, de contrastes y de patrones distintos, que le llevó a reflexionar sobre la historia que habría vivido cada baldosa en su lugar de origen, y ahora se encontraban todas juntas en un único sitio.
Los Panots de Gaudí
Caminar por el Paseo de Gracia es como poner los pies en un acuario de criaturas extrañas: caracolas, estrellas de mar, medusas y quizás incluso los demonios. Estas son las formas que se pueden ver sobre las baldosas hexagonales que cubren el paseo. Estos azulejos, llamados Panots, una variante más simple de la versión hidráulica, fueron diseñados por el mismo Gaudí, y se convirtieron en uno de los primeros productos de diseño industrial para revolucionar el modelo tradicional. Es por eso que está actualmente expuesto en el Museo Moma de Nueva York.
Una curiosidad es que los Panots inicialmente no fueron diseñados para ser instalados en el exterior, sino en la Casa Batlló, pero debido a retrasos de entrega, el arquitecto decidió sustituirlos por otros materiales, y más adelante los utilizó en la Casa Milà (la Pedrera) y posteriormente, en 1971, el diseño de Gaudí fue elegido para cubrir las aceras del Paseo de Gracia.
Podréis contemplar fantásticos Panots en los Jardines del Mirador del Alcade de Montjuïc, en la Via Laietana o en la Avenida Diagonal.
fuente www.pixartprinting.co.uk
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