Santuario de la Virgen de la Ayuda de Balenyà

Pocos años más tarde, se construyó una nueva iglesia sobre los restos de la anterior, consagrada por el obispo de Vic, Berenguer Sunifred de Lluçà, bajo la advocación de Sant Fruitós y sus diáconos, San Aurigi y San Eulogio. En este momento también estableció el espacio de la Sagrera y su término parroquial.

En las visitas pastorales del siglo XIV constan los altares de Santa María, San Salvador y San Bartolomé.

Alrededor del siglo XVII se hicieron obras en el templo, consistentes en la construcción de los altares del Rosario y de San Isidro y en la construcción de una portada renacentista.

Durante el siglo XVIII hicieron allí varias reformas, entre las que destaca el levantamiento de la nave y la adaptación de las capillas laterales y la construcción del nuevo presbiterio y de un comunidor al exterior. A finales del siglo XIX cambió su advocación por la de la Virgen de la Ayuda, que desde el siglo XIII tenía un altar propio, y se construyó una nueva capilla del Santísimo.

A mediados del siglo XX perdió sus funciones parroquiales en favor de la iglesia de San José del núcleo de Hostalets, que a partir de entonces estará dedicada a Sant Fruitós. Desde entonces se ha convertido en un santuario mariano de gran devoción popular.

El Santuario de la Virgen de la Ayuda, antiguamente Sant Fruitós de Balenyà, es una iglesia de origen románico que se amplió entre los siglos XVII y XIX. Del edificio primitivo se conserva parte de la nave y del campanario.

Es un edificio de planta rectangular con el ábside poligonal. Se compone de una nave cubierta con bóveda rebajada con arcos fajones y lunetos que arrancan de una cornisa moldurada. El presbiterio incorpora un retablo de composición neoclásica, con la imagen de la Virgen de la Ayuda y las paredes decoradas con frescos de Joan Rifà y Benet.

Desde tramontana del presbiterio se accede a la capilla neoclásica del Santísimo, cubierta con cúpula semiesférica y linterna y con el ábside semicircular. A mediodía del presbiterio se accede a la sacristía y el campanario. A cada lado del templo se abren dos capillas laterales, dos en arco de medio punto de piedra datadas del siglo XVIII y dos situadas bajo el corazón. El corazón está cubierto con bóveda rebajada con lunetos y está delimitado por una barandilla de madera. La iluminación natural de la nave se hace a través de un ventanal y el rosetón. A nivel exterior, se accede por una portada renacentista donde hay esculpida la imagen de Sant Fruitós y los diáconos.

La base de la estructura es de factura románica y presenta arcos ciegos en los laterales, donde se adosaron capillas laterales. El templo se amplió en altura con una construcción de menores dimensiones cubierta a dos aguas con la cumbrera perpendicular a la fachada.

En un extremo del lado de mediodía se adosa el campanario románico, que se abre con pórticos biforats de medio punto con columnita (algunos de ellos tapiados) y que fue ampliado con un piso superior de estilo gótico hacia el siglo XV. En la fachada de levante se adosa el volumen de la rectoría. El paramento de los muros es de pequeños sillares dispuestos en hiladas a las partes más antiguas y de piedra irregular ligada con argamasa al resto. En el sector de poniente y tramontana del templo estaba el antiguo cementerio, desde donde salía un muro perimetral que junto con el comunidor cierran frontalmente el conjunto. En este sector se observan varias lápidas inscritas.

Autoría imágenes y texto: Antonio Mora Vergés