Federació Pessebres Vivents de Catalunya Tona

La Federación Belenes Vivientes de Cataluña es una asociación cultural no lucrativa, constituida por la integración voluntaria de cualquier entidad que organice un pesebre viviente. Formar parte de esta entidad significa situar a los pequeños pueblos de entornos naturales y medievales en el mapa cultural catalán, dinamizar la economía de la zona y abrirlos a la ciudadanía.

La Federación de Belenes Vivientes de Cataluña, constituida en 2018, tiene como finalidad la coordinación y promoción de las representaciones y lleva a cabo actividades encaminadas a promover el conocimiento de los pesebres vivientes y/o la relación entre ellos. La Federación continúa la tarea iniciada en 1991 por la Asociación Coordinadora de Pesebres Vivientes de Cataluña.

Actualmente la asociación está formada por diferentes pesebres, que son: Bàscara, Bigues y Riells, Breda, Brunyola, Calonge, Cànoves, Canyelles, Castell d'Aro, Celrà, Curró d'Avall, Els Prats de Rei, Fontcoberta, Jesús, Joanetes, La Pobla de Lillet, La Pobla de Montornés, La Torreta, Las Gunyoles de Avinyonet, Las Torres de Fals, L'Espluga de Francolí, Linyola, Maçanet de la Selva, Manresa – Puente largo, Martorelles, Masía de Castelló, Món Sant Benet, Navata, Pals, Peralada, Peramola, Polinyà, Premià de Dalt, Prullans de Cerdanya, Salou, San Feliu de Llobregat, San Feliu del Racó, San Fost de Campsentelles, San Guim de la Plana, San Jaume dels Domenys, San Martín de Llémena, San Martí Vell, San Pere de Ribes, San Quintí de Mediona, Santa Maria d'Oló, Santa Pau, Tona, Villa de Rupit, Viladecans, Vila-Sacra y Vilavenut.

Algunas con representaciones tan antiguas como la de la Asociación de Castell d'Aro, que inició su pesebre viviente en 1959 – convirtiéndose en el pesebre viviente más antiguo Cataluña-, y la de Sant Fost de Campsentelles, en 1967.

En la gran mayoría de pueblos, los belenes vivientes son un conjunto de escenas que van desde las más limitadas de tres escenas hasta las más complejas, que pueden contar hasta 30 escenas relacionadas con la vida del pueblo donde tuvo lugar el nacimiento de Jesús, con escenas bíblicas, históricas y cotidianas. Todo ello se acompaña de un gran número de personas voluntarias, en su mayoría vecinos y vecinas del pueblo, rodeadas de música de ambiente y diálogos, aunque algunos de ellos son estáticos.

La mayoría de escenificaciones tienen lugar en el exterior, en espacios naturales y de interés arquitectónico y patrimonial. Así, podremos encontrarlos en barrios y castillos medievales, en palacios, bajo los arcos de un acueducto de cientos de años de antigüedad o en parajes naturales, lo que ayuda a recrear los belenes vivientes con una ambientación aún más realista y convirtiéndose en un auténtico atractivo para los visitantes.