El Pirineo Condal: una vuelta por la identidad medieval catalana

Norte de la ruta

Día 1: condado de Empúries

Comenzaremos esta extensa ruta en Sant Pere de Rodes (Alt Empordà), exactamente en su monasterio, uno de los ejemplos medievales mejor mantenidos y el más relevante del condado de Empúries. No en vano, los condes de éste le otorgaron tierras y privilegios. Cabe destacar su iglesia, construida durante los siglos X y XI para acoger a los peregrinos, pues es considerada una pieza excepcional de la arquitectura románica catalana.

Día 2: Besalú y Ripoll

Besalú es una ciudad de la Garrotxa que mantiene orgullosa su pasado medieval, como puede comprobarse caminando por sus tranquilas calles, que nacieron al lado del Castillo de Besalú, datado del siglo X. Sin embargo, esta ciudad tiene muchos más atractivos, como el Puente Viejo, el monasterio de San Pedro, la Casa Cornellà, uno de los edificios románicos mejor conservados de toda Catalunya; la iglesia de San Vicente, mezcla de elementos románicos y góticos, así como la judería, entre otros, que fue cerrada en el año 1415 por el gobierno, que tapió puertas, ventanas y calles, a excepción de la puerta que daba a las afueras de la muralla. Veinte años después, todos los judíos habían emigrado.

El mismo día nos permite visitar también Ripoll (en el Ripollès), donde destacan dos edificios principalmente. Por un lado, el Monasterio de Santa María de Ripoll uno de los monumentos más importantes de la Europa medieval debido a la riqueza literaria catalana que albergaba, códices mozárabes, visigodos y medievales de temáticas variadas como litúrgica, jurídica, musical, astronómica, geométrica, etc. Desgraciadamente un incendio estuvo a punto de poner fin a tan orgulloso legado, dejando ilesos tan sólo 230 volúmenes.

Por otro lado, el Monasterio de Sant Joan de les Abadesses, cuya planta arquitectónica es llamativa por ser poco frecuente en Cataluña, pues se relaciona con el estilo románico francés de las grandes iglesias de peregrinación. Con el tiempo se convertiría en una especie de Centro espiritual de la Cataluña, pues allí se hacían enterrar los condes de Barcelona.

Día 3: Berga

De Ripoll bajamos a la provincia de Barcelona y llegamos a Berga, en la comarca del Berguedà, donde el catarismo dejó su huella. Ciudad actualmente conocida sobre todo por las antiguas pistas de esquí Rasos de Peguera y las actuales del Port del Compte y La Molina, que descienden por los lados de las montañas colindantes, cuenta también con numerosos elementos de interés histórico, como la preciosa plaza de San Pedro o el lavadero de la calle de la Piedad, que data de la época medieval y que fue utilizado hasta hace realtivamente poco. Y es que su legado feudal es harto conocido, pues entre los siglos XI y XIV recayeron aquí variados personajes célebres, como el trovador Guillem de Berguedà.

Además, Berga posee también un reclamo turístico que en nada guarda relación con la historia, La Patum, una fiesta tradicional que se celebra durante la festividad del Corpus y que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Finalmente, los amantes del senderismo tienen una joya cercana donde practicarlo, una de las montañas más simbólicas de Cataluña, el Pedraforca, en la Sierra del Cadí. No en vano, ha sido declarada reserva natural de interés nacional por el Parlamento de Cataluña.

Día 4: La Seu d'Urgell

La historia de este territorio esá estrechamente vinculada a los prelados que trajeron la mitra del obispado de Urgell, pues constituyó uno de los lugares políticos más importantes de la Cataluña condal. No en vano, La Seu d'Urgell alberga la única catedral románica de Cataluña y una de las más impresionantes del continente. Hay que añadir que incluye el Museo Diocesano, que cuenta con ejemplos de pinturas murales románicas, así como numerosas obras de arte sacro medieval y moderna.

Día 5: Pallars-Sobirà

En el Valle de Aneu, concretamente en Escaló, término municipal de La Guingueta d'Àneu, encontramos otro ejemplo magnífico de la historia medieval catalana. Y, como no podía ser de otra manera, también está dedicada al culto. Estamos hablando de la iglesia de San Pedro del Burgal, un monasterio benedictino que destaca por sus dos ábsides contrapuestos a la cabecera y los pies de la nave central, lo que constituye un hecho excepcional en las construcciones románicas, ya que son propias de los templos visigodos.

En esta comarca encontraremos muchos más ejemplos de la arquitectura románica catalana que también son recomendables de visitar.

Sur de la ruta

Día 1: Ribagorça

Precisamente el conjunto románico de Ribagorça fue el responsable de que la UNESCO declarara La Vall de Boí como Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Y es que las nueve iglesias que salpican este valle, y que datan de los siglos XI y XII, se encuentran en perfecta armonía con el entorno, uniéndose a la belleza natural de este paraje eminentemente agrícola. Un paisaje impresionante que no puede faltar en esta ruta de los Pirineos condales.

Si queréis adentraros aun más en el mundo románico catalán, visitad la población de Erill la Vall, cuyo Centro de Interpretación del Románico os dará una información muy detallada sobre la vida medieval del lugar gracias a un moderno programa museográfico.

I para ampliar la visita a la zona os recomendamos la ruta Descubre el universo románico del Valle de Boí.

Día 2: Pallars Jussà

Esta comarca leridense resultó fundamental durante la expansión cristiana. Por su condición de tierra fronteriza durante el siglo XI, está innundada de diversas construcciones de naturaleza defensiva, como el complejo religioso-militar de Santa María de Mur situado en Castell de Mur y el Castillo de Llordá que se encuentra en Isona i Conca Dellà.

El primero fue construido bajo las órdenes de los condes de Pallars, a mediados del siglo XI, y contenía una de las colecciones de pinturas murales más importantes de Cataluña. Pinturas que desgraciadamente serían trasladadas a un museo de Boston a principio del siglo XX. No obstante, gracias a una elaborada reconstrucción, su copia puede contemplarse allí donde estaban las originales.

Día 3: Cardona

La ciudad de Cardona es famosa por su rico patrimonio arquitectónico medieval, como consecuencia de la importancia que tuvo esta población en la época, debido a la explotación de sus minas de sal. No en vano, al linaje de Cardona se le conocía como "los señores de la sal", lo que evidencia la relevancia de este comercio en la zona. Y no es tema baladí porque fueron una de las familias con más influencia en Cataluña, incluso sobre los reyes (por lo que también se les llamó "los reyes sin corona").

Y la importancia de éstos queda reflejada en el impresionante conjunto monumental de la ciudad, en el que cabe destacar la montaña de sal, como no podía ser de otra manera, el castillo y la Colegiata de San Vicente, uno de los templos románicos lombardos más grandes de Cataluña. Con sus 50 metros de longitud y sus 20 de alto y ancho no deja indiferente a nadie.

Día 4: Osona

Poblada desde la época romana y como zona de paso natural entre Barcelona y los Pirineos, Osona siempre fue uno de los principales objetivos de conquistas y de la deforestación condal. Quizás por ello se distingue de las anteriores paradas de esta ruta debido a su arquitectura humilde.

En contraste con la inmensidad de los edificios anteriormente vistos en esta ruta, Osona cuenta con un conjunto románico relevante constituido por pequeñas ermitas e iglesias medievales construidas en su mayoría durante el siglo XI. Debido a su gran número, nos limitamos a recomendar las iglesias de San Martín del Brull y San Jaime de Viladrover situados en El Brull y la iglesia de Santa María en Seva.

Día 5: Girona capital

No nos equivoquemos, no por ser la última parada en esta ruta tiene menos relevancia. De hecho, Girona es una de las provincias clave del románico catalán y español y su capital no podía ser menos.

De entre todos los ejemplos románicos, hemos hecho una breve selección que incluye el claustro de la gran catedral de Santa María, los baños árabes (uno de los pocos edificios del románico civil conservados en España), el Monasterio de San Pedro de Galligants y la Fontana de Oro.