Joan Miró, Inspirado en Mont-Roig

Mont-Roig

Montroig históricamente ha sido un pueblo de campesinos. Se obtenían algarrobas, aceite, patatas, hortalizas, arroz... Disponía de buenos pastos para el ganado. Es un término muy grande. Esto y la profusión de piedra hizo que se construyeran muchas "Barracas de piedra seca" donde resguardarse y proteger los utensilios del campo.

Mont-roig, en 1900, poco antes de ir Joan Miró, tenía 2.669 habitantes. En 1950, 2.296. En 2009 ya tenía unos 13.000 habitantes.

Desde finales del siglo XIX había dos sociedades, a la vez políticas y de recreo, una carlista ( "Centro Legitimista") y otra liberal-republicana ( "El Porvenir Democrático"). También hubo un "Centro Obrero" (de 1911 hasta 1925).

El municipio de Mont-roig del Camp, de 63,69 kilómetros cuadrados y cerca de 13 kilómetros de playa, se encuentra en la comarca del Baix Camp y forma parte de la Costa Dorada. Tiene dos núcleos de población bien diferenciados. En el interior se encuentra el núcleo de Mont-roig, que cuenta con interesantes referentes arquitectónicas e históricas. En la costa se encuentra el núcleo de Miami Platja, nacido a raíz del fenómeno turístico y donde destaca la belleza de sus playas y calas.

Joan Miró

El joven Miró acostumbrado al entorno urbano de Barcelona, descubrió en Montroig la vida del campo y se encontró a gusto, por lo que pasó allí largas temporadas. A pesar de que durante las décadas de los años veinte y treinta del siglo pasado Miró se marchó a París, los tres meses de verano los pasaba a Montroig; el último fue el de 1976, cuando tenía 83 años.

Durante los 65 años que Miró fue un habitual de este pueblecito del Baix Camp, recibió las visitas de algunos de sus amigos, ilustres personajes, como Ernest Hemingway, Alexander Calder o Josep Lluís Sert.  

Recorrido

Desde la enriscada ermita de la Virgen de la Roca, bajaremos por el camino viejo de la Ermita, hacia el pueblo de Mont-roig del Camp.

Durante la excursión pasaremos por los escenarios de algunas de las obras de Miró, y también por el Mas Miró. La relación entre Mont-Roig y el pintor Joan Miró comienza en 1911, desde ese primer contacto, año tras año pasará largas temporadas en su caserío, ahora llamado Mas Miró.

Después de aquel primer contacto Miró observa toda la naturaleza que aparece a su alrededor, admira el trabajo de los agricultores que cultivan la tierra con perfección geométrica, absorbe toda la esencia que irradia esta tierra situada entre mar y montaña. Y toda esta energía la plasmará en su obra.

Los cuadros que pinta en Montroig son numerosos y en todos destaca la armonía entre la naturaleza y el trabajo del campo, hay que decir que Mont-roig es capital en toda la obra mironiana, ''Soy mucho más feliz yendo en suéter y bebiendo en porrón entre los agricultores de Mont-roig que en París. Toda mi obra es concebida en Mont-roig'', dijo el pintor.

El Centro Miró

Una vez terminado el recorrido, en el pueblo, puede visitar el Centro Miró, situado en la vieja iglesia. Creado en 2004, este espacio permite disfrutar de reproducciones facsímiles de todas las obras que el pintor hizo en Mont-roig, y de varios documentales sobre el artista y su relación con el pueblo. El propio artista la pintó en el cuadro "Pueblo e iglesia de Mont-roig" (1919) y está muy cerca de la plaza, que lleva su nombre, desde el 29 de abril de 1979, cuando el pueblo de Mont-roig le rindió un sentido homenaje popular. Moriría tan sólo cuatro años después. Una de las joyas que alberga es el tapiz creado por el propio artista y por Josep Royo, además de reproducciones de los muñecos que inspiraron algunas de sus últimas obras.

Además, el centro organiza, exposiciones y actividades relacionadas con la figura del pintor. Una de las más esperadas se celebra un fin de semana al año, coincidiendo con la llegada del verano, y consiste en que los vecinos del pueblo realizan reproducciones de las obras de Miró en forma de alfombras hechas con virutas de colores.

A parte de este itinerario para conocer las raíces pictóricas de Miró, los amantes del artista, pueden continuar disfrutando de su obra en la Fundación Miró de Barcelona o siguiendo una de las rutas en bicicleta que se organizan en la capital catalana a propósito de su figura.