El esplendor del Barroco del Solsonès

Espacio Barroco

Para empezar la ruta nos dirigimos a Riner, concretament al Santuario del Miracle. Para llegar debemos tomar la carretera C-55, y a la altura de Cardona entramos en este municipio y, una vez dentro, tomaremos la carretera BV-3001 en dirección al Santuario del Miracle. Si venimos desde Solsona tomaremos la C-75 en dirección Guissona, en un momento determinado encontraremos el desvío hacia Riner y el Miracle.

Antes de visitar la iglesia del santuario, visitaremos el Espai Barroc, abierto el verano de 2016. Este espacio expositivo, situado en la Casa Grande del complejo religioso, nos presenta la historia del arte barroco, su contexto histórico, las características de este estilo artístico y nos acerca al patrimonio de este periodo que se encuentra por toda la comarca.

Santuario del Miracle

Una vez visitado el Espacio Barroco ya conocemos las líneas generales de esta expresión artística, es el momento de entrar en materia conociendo uno de los principales retablos barrocos de la comarca, situado en el altar mayor de la iglesia del santuario. Esta filigrana escultórica tiene una altura de 23 metros por 12 de ancho y está formada por tres cuerpos o pisos superpuestos. Este elemento artístico, hecho con madera de álamo y pino, fue obra de Carlos Morató, uno de los máximos exponentes de la escultura barroca catalana. Una obra compleja, iniciada en 1747 y terminada en 1758, once años de trabajo a los que hay que sumar, posteriormente, los catorce años que se tardó en pintar y policromar todo el retablo, una tarea realizada por el pintor solsoní Antoni Bordons.

La imagen de la Virgen del Milagro, datada del siglo XV, preside el conjunto desde un camarín integrado en el mismo retablo. Esta figura religiosa conmemora la leyenda de la aparición, en 1458, de la Virgen a unos pastores, a pocos metros del actual santuario. Desde aquel momento el lugar se fue consolidando como lugar de devoción religiosa y se terminó creando el actual conjunto arquitectónico formado por la iglesia iniciada en 1652, el monasterio benedictino que depende de Montserrat, la Casa Grande, antiguo albergue del santuario, y las casas de acogida.

Santiago de Riner

Desde el Santuario podemos dirigirnos hacia la iglesia de Santiago de Riner, por la carretera LV-3002 dirección Guissona, vial que encontraremos saliendo del santuario. Este pequeño templo presenta la habitual mezcla de estilos arquitectónicos que suelen tener muchas iglesias, el edificio es de época románica, se tiene constancia de él desde el año 1103, y presenta las características arquitectónicas de este período, pero dentro se encuentra otro de los valiosos retablos barrocos del Solsonès.

Su construcción data del siglo XVII y es presidido por las figuras de San Isidro, Santiago y San Pedro Mártir, el conjunto contiene predela y paneles que explican visualmente algunos de los episodios más destacables de sus vidas.

San Pedro de Matamargó

Tras Riner nos dirigiremos hacia Matamargó, lo haremos tomando de nuevo la carretera del Miracle, la BV-3001, pero ahora en dirección hacia Cardona, en el kilómetro 8,9 encontraremos el desvío hacia Matamargó, integrado dentro del término municipal de Pinós. Este es un territorio lleno de bosque alrededor del arroyo del mismo nombre, una tierra de masías inmersa en el Solsonès más rural.

Entre estos campos dispersos se levanta la iglesia de San Pedro de Matamargó, la magnificencia de su interior y la ubicación en medio del entorno rural han hecho que se la conozca como la "catedral" de los payeses. El templo fue edificado alrededor del año 1654 y actualmente conserva una amplia colección de arte barroco, no sólo por los altares que decoran el templo sino también por otros elementos de mobiliario como los confesionarios, el coro de cantores o la trona que se utilizaba antiguamente para dar los sermones.

De toda esta colección destaca, sin duda, el espléndido altar mayor construido por Josep Pujol, miembro de una exitosa saga de maestros escultores. Fue construido entre 1792 y 1803 y destaca su curiosa composición, en forma piramidal, así como las figuras de los apóstoles, de grandes dimensiones.

Además del retablo mayor, el templo conserva otros retablos que también fueron construidos por el linaje de los Pujol.

Solsona

Solsona, la capital de la comarca, también tiene sus testimonios de arte barroco, para encontrarlos tendremos que ir al monumento más emblemático de la ciudad: la catedral. El edificio es una mezcla de estilos arquitectónicos como el románico o el gótico. El barroco también está presente en diferentes formatos, el elemento principal en este estilo es la fachada principal del templo, situada en la plaza del Palacio Episcopal de Solsona.

En el interior del templo predomina el estilo gótico y la austeridad pero en una de las capillas laterales se deja ver con fuerza el arte barroco, gracias a la presencia del retablo de la Merced. Este elemento religioso, datado de 1754, fue hecho por Carles Morató, autor también del retablo del Miracle, en este caso a pesar de ser de un tamaño inferior tampoco ahorra en figuras escultóricas ni relieves, todo ello rematado con diferentes colores y dorados.

Dentro del mismo complejo de la catedral también se puede visitar el Museo Diocesano y Comarcal donde se pueden observar algunas piezas artísticas de este período.

San Pedro de Madrona

Paisaje y barroco se unen en San Pedro de Madrona, para llegar hay que seguir, desde Solsona, la carretera C-149a en dirección Pinell de Solsonès hasta que llegamos al desvío indicador de Madrona, al cabo de cuatro kilómetros, tras cruzar los bosques de Pinell, llegaremos a San Pedro de Madrona, una vez allí hay que visitar los dos templos, el viejo y el nuevo, este segundo de estilo barroco.

El antiguo templo está ubicado en lo alto de una colina desde donde se puede ver una hermosa panorámica del entorno natural donde se encuentra. La construcción, cerca de los restos del antiguo castillo, desgraciadamente ahora está en ruinas, de entre los muros que todavía se encuentran en pié destaca el ábside, un elemento imponente donde todavía se puede observar su decoración románica.

Unos metros más abajo se levanta el nuevo templo, un gran edificio de estructura barroca que sobresale decidido en medio del paisaje natural que la rodea. Su interior destaca por su amplitud y monumentalidad, la nave central está flanqueada por capillas laterales, encima de estas hay un pasillo de tribunas que se abren a la nave central a través de varios balcones. Un elemento sorprendente de su interior son las pinturas murales que ocupan todas las paredes. Esta decoración imita recubrimientos de mármoles, en los muros superiores de la nave central, entre los balcones que hacen de tribuna, están representados los doce apóstoles, además, como curiosidad, a la espalda de la trona se puede ver pintado un jeroglífico de significado desconocido.

La Iglesia de San Lorenzo de Morunys

Acabaremos la ruta haciendo una visita a San Lorenzo de Morunys, para llegar vendremos desde Solsona, cogiendo la C-55 en dirección Manresa, poco después de salir de la capital de comarca encontraremos el cruce para ir hasta San Lorenzo de Morunys.

Uno de los elementos principales del municipio es su iglesia, allí encontraremos uno de los elementos más destacados del barroco catalán. El templo, de estilo y época románica albergaba hasta 1936 una gran colección de retablos, muchos de ellos barrocos, pero los destrozos provocados por la guerra hicieron desaparecer la gran mayoría de ellos, aún así, no se perdió todo el patrimonio barroco, ya que se pudo conservar parcialmente el altar mayor y la capilla de la Virgen dels Colls. Esta capilla es un espacio espectacular donde la exuberancia y la sobrecarga decorativa propias del barroco se pueden ver en toda su magnitud. Fue decorada entre el 1773 y el 1784 por Josep Pujol, autor también del retablo mayor de San Pedro de Matamargó, del que se ha hecho referencia anteriormente.

El espacio está presidido por el camarín y la imagen de la Virgen dels Colls, la decoración alrededor del camarín se funde con la decoración de las paredes y de la cúpula que corona el espacio, creando un espacio barroco completo, todo revestido de esculturas y relieves que muestran una filigrana barroca con una cantidad infinita de detalles. Una vez visitada esta capilla se puede ampliar la visita a otros espacios anexos a la iglesia, el claustro o el museo de la Vall de Lord donde se pueden encontrar algunos elementos barrocos que habían formado parte de la decoración interior del templo.

En esta ruta se ha hecho referencia a los elementos de arte barroco más significativos de la zona, pero el barroco del Solsonès no termina aquí, lugares de la comarca como San Pedro Martir de Peracamps, Sant Ponç de Prades de la Molsosa, San Andrés de Clarà o el santuario de Massarúbies también contienen elementos de este período, lugares rurales que permiten profundizar aún más en este estilo artístico y, al mismo tiempo, conocer de manera más cercana el paisaje de esta zona.