El Congost y la montaña dels Sants Metges en Sant Julià de Ramis

Salimos de la plaza de la Fuente Picant, ante el Ayuntamiento de Sant Julià de Ramis y podemos coger fuerzas bebiendo agua de la fuente de agua, enmarcada por un mural de cerámica vitrificada.

Seguimos por el camino de tierra que nos deja la iglesia a la derecha y entramos en la primera parte del paseo, suave y tranquila, con un trayecto completamente llano, con campos y espacios sombríos, gracias a la vegetación de ribera.

Seguiremos recto hasta que dejamos a mano izquierda una gran masía y llegamos a un cruce. Giramos a la izquierda y nos encontramos en plena zona del desfiladero del Ter, formado a lo largo de los años por el paso del río. Pasaremos por el lado del priorato de Sant Vicenç y siempre cerca del río seguiremos hasta pasar bajo el puente de la variante de Girona. Llegaremos hasta el hoyo de las Goges, unas cuevas donde se han localizado restos prehistóricos de la cultura paleolítica.

Seguiremos recto por una gran llanura con una panorámica del municipio vecino de Celrà y seguiremos hasta llegar a un cruce a mano izquierda antes de un puente sobre el río Terri. Continuaremos cerca del río hasta adentrarnos en el bosque y ahora el camino sube montaña arriba para llevarnos hasta el vecindario de los Sants Metges y la zona más elevada del monte.

Allí, los restos ibéricos junto a la iglesia, romanos (Castellum Fractum, 350 dC) y románicos (iglesia de San Cosme y Sant Damià-Sants Metges), nos muestran la importancia estratégica del lugar al tiempo que, en frente nuestro, se nos abren las vistas de la comarca del Gironès y las comarcas vecinas, destacando la panorámica del Baix Empordà y los Pirineos.

La situación del lugar, con abundancia de agua y bosque, era excelente para la caza y óptimo para el establecimiento del hábitat del hombre, como lo demuestran los yacimientos descubiertos y los hallazgos de cerámica ibérica y otros restos arqueológicos, que evidencian la existencia de diversas culturas de épocas remotas.

Ya de bajada por la carretera asfaltada, pasamos junto a la grandiosa fortificación de carácter militar de finales del s. XIX que corona la parte norte de la montaña. Esta, además del legado arqueológico, también es depositaria de una gran riqueza natural, de flora y fauna.

Poco a poco la carretera empezará a bajar hasta la plaza inicial del recorrido.

Fuente: Consejo Comarcal del Gironès