Tagamanent desde los pozos del Avencó de Aiguafreda

Dejamos el coche en el área de las Encinas, donde hay varias mesas. Empezamos a caminar por el sendero que va al Pozo Grande de Avencó, donde llegamos rápidamente. Hace 100 años, nuestro país era mucho más frío que en la actualidad y daba pie a que en lugares a tan poca altura como este sirvieran para guardar hielo.

Bordeamos el pozo y seguimos por el sendero que sube suavemente en medio del bosque de encinas. Pronto veremos una primera marca de GR vieja y, poco después, encontraremos una bifurcación del camino. Evitamos lo que sigue recto adelante y seguimos por el que sube hacia nuestra izquierda (más trillado). Poco después, encontraremos otra desviación en forma de pequeño sendero que conecta con una pista forestal (a nuestra derecha). Tanto si tomamos este atajo a la derecha como si seguimos subiendo adelante, llegaremos a la misma pista forestal, un trozo más arriba.

Remontamos esta pista en dirección Sur-Oeste. Toda la subida coincide con el GR-5 que va hasta el Collado de Sant Martí y el Pla de la Calma. Nosotros seguiremos siempre las indicaciones de este GR hasta el Collado de Sant Martí, justo a los pies de la cima del Tagamanent. Iremos encontrando estacas con las señales del GR-5 y también algunas que nos indican la Matagalls-Montserrat (con marcas blanco verdoso y rojo, como de GR) y de los caminos de la ruta Verdaguer.

Al cabo de unos diez minutos de ir siguiendo por pista, y después de una curva a la derecha, encontraremos un sendero por donde se desvía el GR a nuestra izquierda y toma un sendero (en el mapa del ICC se denomina Camino de Puig-Agut). Seguimos ahora por sendero subiendo por bosque de encinas y pino blanco, con tramos donde se ha desbrozado parte del ramaje. De hecho, durante este tramo de subida, cruzaremos 3 pistas forestales utilizadas para la explotación forestal.

Más arriba, y tras bordear un árbol caído (a fecha de diciembre de 2019), llegaremos a un cruce de pistas. En este punto, tomamos la que sale a nuestro frente hacia la izquierda y que sube en dirección Sur-Oeste (señalizado con marcas del GR). Seguimos subiendo por esta pista hasta una curva donde la dejamos y seguimos subiendo adelante por un camino ancho que transcurre por terreno arcilloso y empedrado. Más adelante, el camino se convierte en sendero y encontramos unas cruces de color rojo en algunas encinas. Ignoramos estas señales y seguimos por el sendero arriba (más adelante las señales de GR nos confirman que vamos en la buena dirección).

Al cabo de unos 8-10 minutos, llegaremos a los pies de unos cables de alta tensión, que seguiremos durante unos pocos metros hasta llegar a una bifurcación de pistas, justo poco antes de la casa en ruinas de Puig-Agut. En este punto, giramos a nuestra izquierda y subimos hasta las ruinas de la casa de Puig-Agut. Este tramo es un poco más abierto del bosque y nos permite vislumbrar el cerro de Tagamanent, ante nosotros, aunque un poco lejano.

Del mas de Puig-Agut, seguimos adelante por una pista forestal en buen estado. Justo pasada la casa, ignoramos un desvío a mano izquierda. Al cabo de unos 5-8 minutos desde que seguimos la pista, encontraremos un desvío a mano izquierda por donde continúa el sendero con marcas del GR (si siguiéramos por pista, únicamente lo que haríamos es dar algo de vuelta).

El sendero sigue caracterizado por el suelo arcilloso y con varias losas de piedra. Cruzamos la pista forestal un trozo más arriba y durante un corto tramo vamos paralelos a la pista hasta encontrarnos de nuevo más arriba (de bajada, verá que este trozo lo hemos hecho por la pista y no por el sendero ).

Ahora seguimos por la pista forestal unos 100 metros a mano derecha y volvemos a desviarnos hacia la izquierda por el sendero con marcas del GR-5. Un trozo más arriba nos volveremos a encontrar con una pista pero nosotros seguimos por el sendero marcado hacia el Tagamanent.

A partir de este punto seguimos ya hasta prácticamente el collado de Sant Martí sin dejar este sendero arcilloso y empedrado que va subiendo progresivamente casi siempre con una pendiente constante. Sólo hay un pequeño punto en el que pasamos junto a una curva de una pista forestal, pero las estacas verdes con las señales del GR son evidentes y evitan cualquier pérdida. Un trozo más arriba, ya veremos el cerro de Tagamanent sobre nosotros.

Seguimos los últimos metros de sendero hasta llegar al collado de Sant Martí. Hasta aquí hubiéramos podido llegar en coche pero, ciertamente, la ruta no hubiera tenido tanto encanto! A partir de aquí, hacemos el último tramo de subida hasta el castillo y la ermita de Santa María de Tagamanent a través de un camino perfectamente empedrado y habilitado para todo aquel que quiera subir. Este tramo ya no es parte del GR-5 sino que tiene señales naranjas y del PR-C 213.

El camino de subida hace un par de curvas por la vertiente sur de la montaña para salvar los casi cien metros de desnivel que nos separan de la cima. Una vez arriba, se nos abre una basta panorámica del Congost, los Cingles de Bertí y, más allá, Sant Llorenç del Munt y Montserrat. También vemos toda la llanura vallesana hasta Collserola. Hacia el otro lado, adivinamos algunas cimas del Prepirineo. El exterior de la iglesia ha sido restaurado recientemente y luce un aspecto renovado y especialmente bonito.

Bajamos la cima hasta el Collado de Sant Martí y hacemos una última aproximación hasta el Mas Bellver para tener una buena panorámica de la cima del Tagamanent. Esta pequeña subida la hacemos por un sendero perfectamente trillado y que coincide de nuevo con las marcas del GR-5 y con señales naranjas (que indican el itinerario que va del Bellver a la cima del Tagamanent).

Desde la masía del Bellver contemplamos las vistas del entorno y aprovechamos para visitar esta masía reconvertida en restaurante y donde seguro que podrá disfrutar de una gran gastronomía de proximidad.

Para volver, deshacemos el camino de nuevo hasta el Collado de Sant Martí y, acto seguido, bajamos hasta Aiguafreda siguiendo el mismo camino de subida a través del GR-5 hasta los pozos de hielo de Avencó.

Autoría imágenes y texto: Sergi Boixader