Conoce El Masnou, tierra de mar
Este itinerario forma parte de un proyecto ambicioso y estimulante que tiene por objetivo la rehabilitación y adecuación de elementos muy relevantes del patrimonio local del Masnou, como la Mina de Agua, la Casa de Cultura y el parque del Lago. Igualmente, se quiere poner en valor la riqueza arquitectónica, artística y urbana de la ciudad.
Puede seguir la ruta a través de la App el Masnou, Tierra de Mar, disponible en este enlace.
Empezamos!
finca Bellresguard
La finca Bellresguard, que fue promovida por Romano Fabra y Puig y su esposa Marcelina de Monteys, actualmente está formada por tres espacios diferenciados: el palacete, el jardín romántico o parque del Lago, y el mirador.
El palacete, conocido como Casa del Marqués, se construyó entre 1902 y 1904 como residencia de veraneo. Es un edificio de estilo neoclásico francés, obra del arquitecto barcelonés Salvador Vinyals. Durante la Guerra Civil fue incautado, se estableció la sede del Laboratorio Confederal de Experimentación, y finalmente fue bombardeado. Pasó a manos municipales el año 1989.
El parque del Lago, anexo a la casa, destaca por el pequeño estanque central y la cueva con un salto de agua. El mirador, cercano a la carretera principal, consiste en una ancha balaustrada que ofrece excelentes vistas al mar.
Romano Fabra y Puig pertenecía a una estirpe de políticos e industriales ligados a las Hilaturas Fabra i Coats. Fue un gran mecenas en el municipio y en 1922 el rey Alfonso XIII le concedió el título de marqués del Masnou.
Actualmente el palacete acoge el Centro de Empresas Casa del Marqués, y el parque del Lago y el mirador del Bellresguard son parques públicos.
Can Teixidor
A la orilla del mar se alza, en una posición preeminente, la masía de Can Teixidor. Su arquitectura se asimila a la de una masía fortificada, con dependencias propias de una explotación agrícola y residencial: casa, capilla, bodega y una gran balsa que daba el agua a un molino harinero.
El hallazgo de cerámica de época romana demuestra que ha sido un lugar deseado desde épocas muy antiguas. La amplia bodega da testimonio de la relevancia que tuvo el municipio en el cultivo de la vid y la elaboración del vino, sobre todo durante los siglos XVII y XVIII.
Can Targa
En lo que fue el antiguo barrio de mar de Alella, encontramos la masía de Can Targa (s. XVI) y un conjunto de casas cercanas que tienen su origen en el siglo XVIII. Es a partir de 1840 cuando este barrio se anexiona al joven municipio del Masnou -independizado de Teià quince años antes- después de un camino largo y convulso que comenzó en 1821.
El nombre de Can Targa no proviene de uno de sus propietarios más famosos, el capitán José Sampera, sino del caballero renegado pirata que capturó.
Uno de los últimos herederos de la casa, José Ventura y Estapé, instaló una destilería que popularizó el anís La Liebre, y también se servía, en porrones, una bebida hecha con ron blanco, ginebra, moscatel, anís y menta.
El principal reclamo de la masía era una fuente que había en el fondo del huerto, donde los masnouenses iban a tomar el fresco y a la que el poeta masnoví Josep Pujades y Truch dedicó una poesía.
Actualmente es un equipamiento municipal, que acoge el Servicio de Terapia Ocupacional de Can Targa para personas con disminución psíquica.
Can Xala
La velería ha sido una actividad fundamental en Cataluña y el Masnou es un buen ejemplo.
Desde 1841 la fábrica de José Sensat ya se dedicaba a la hilatura, tejido y fabricación de telas para barcos. Vapor Sensat fue una de las primeras fábricas de Cataluña donde se instaló una máquina de vapor, pero en 1883, debido al declive de la marina de vela, la empresa es absorbida por su principal competidor, la Fábrica Estapé, propiedad de Pau Estapé Maristany y fundada por su padre, Gerard Estapé, hacia el 1851. Entonces el edificio empezó a recibir el apodo familiar de "Can Xala".
Calles de San Pedro y del Doctor Jaume Curell, y las Sesenta Escaleras
El núcleo originario de El Masnou se formó alrededor de la iglesia de San Pedro, entre los cerros conocidos como la Mezquita y la Roca de Xeix.
La orografía del terreno, con fuertes desniveles que se superan con pendientes o escaleras, ha condicionado el desarrollo del municipio y su urbanismo. Un buen ejemplo de este trazado urbano antiguo de calles paralelas a la línea de costa son las calles de San Pedro, San Francisco de Asís y su prolongación, doctor Jaume Curell Sampera -antes calle de la Ginesta. En sus orígenes todas estas casas gozaban de una magnífica vista del mar.
En la cima de la Roca de Xeix se llega por las Sesenta Escaleras, que han convertido una calle peatonal de fuerte pendiente, formado por una sucesión de escalones y rellanos con un acabado de ladrillos a sardinel muy característico. Este punto, actual avenida de Juan XXIII, era el antiguo camino de Alella y constituía la división de las parroquias de Sant Feliu de Alella y San Martí de Teià.
Según algunas fuentes populares, cerca de este lugar se encontraría el manso que da nombre al municipio, manso Novelli, recogido en un documento del año 1055. Otras versiones sitúan este manso en Can Malet.
Iglesia de San Pedro
En terrenos que antiguamente pertenecían a Teià, se va formando a lo largo de los siglos XVII y XVIII un núcleo de población alrededor de la colina donde hoy se levanta la iglesia de San Pedro.
La imposibilidad de estos habitantes de asistir a muchos servicios litúrgicos -por la distancia a la iglesia parroquial de San Martín en Teià- motiva el encuentro, en 1769, de ciento sesenta cabezas de familia en el hostal de Francisco Mora para pedir al obispo el permiso para construir una iglesia. El gremio de pescadores y mareantes contribuyó económicamente a la construcción de este primer templo, que se consagra en 1783, el día de la festividad de su patrón San Pedro. Con la aprobación del rey Fernando VII y el visto bueno de las autoridades eclesiásticas, se consigue finalmente la titularidad de parroquia propia, independiente de la de San Martín de Teià (1818).
casa Benéfica
En un momento histórico en el que las administraciones públicas no preveían atender los desvalidos, el alcalde Pablo Estapé Maristany impulsa la creación de un asilo benéfico dedicado a la asistencia de enfermos pobres a domicilio, asilo de ancianos, niños desamparados e indigentes.
Una parte de la financiación proviene del Ayuntamiento, si bien la mayor parte se obtiene de donativos particulares, entre los que destaca el del comerciante Pedro Grau Maristany, así como de las cuotas periódicas de los miembros de la Sociedad Benéfica de El Masnou, que se constituyó en 1899.
escuela Ocata
La Escuela Ocata es el resultado de la preocupación de los masnouenses por una educación pública. Así, en 1838 ya se reunió una comisión para dar educación a cien niños abandonados por falta de medios para pagar las retribuciones de los maestros. Dos años más tarde se iniciarían las clases gratuitas de enseñanza primaria para niños, y a partir de 1848, también para niñas.
Las malas condiciones de la casa de alquiler de la calle del Rastillo -ahora de Jaume I-, que se utilizaba como escuela pública y la donación de unos terrenos por parte de Miquel Amat Lluch, favorecen la construcción de un edificio de nueva planta a partir de 1904. Las obras se financian gracias a un empréstito municipal acordado con los vecinos.
El edificio es obra del arquitecto municipal Bonaventura Bassegoda i Amigó, autor también del Casino de El Masnou, la ampliación del cementerio nuevo y algunos panteones. Las clases se inician durante el curso escolar 1905-1906, y en 1909 el rey Alfonso XIII otorga el título de Ilustrísima Villa El Masnou por su labor educativa.
Desde los orígenes la escolarización es de ambos sexos y de ahí que se conocía como Escuela Mixta Ocata. El edificio primitivo, de composición simétrica, destinaba el ala norte a los niños y la otra a las niñas. En 1967 se incorporó una planta superior para alojar nuevas aulas.
Can Millet
Can Millet es la residencia particular de una familia de capitanes de barcos del Masnou, entre los que se encuentra José Martí Casals. A finales del siglo XIX la familia encarga la reforma de la casa al arquitecto Gaietà Buïgas, autor también en el Masnou de la Casa Benéfica y del monumento a Colón de Barcelona.
Cabe destacar la riqueza decorativa de la fachada, especialmente los motivos florales y geométricos que enmarcan las aberturas, los esgrafiados de guirnaldas bajo la cornisa y la balaustrada calada, así como el pequeño patio ajardinado delante.
Plaza de la Libertad
La plaza de la Libertad es un lugar emblemático de la villa que se configura tras las revoluciones burguesas de septiembre de 1868, por lo que lleva este nombre. Para ello se ha vinculado a movimientos políticos y sociales, sobre todo antes de la Segunda República.
Siempre ha mantenido un carácter lúdico y de recreo, en contraposición a la plaza de la Constitución -ahora del Mercado Viejo- o la de Ocata, de carácter más comercial.
Casino
Una parte del edificio actual aprovecha el cuerpo principal de Can Fontanills, también conocido como Mas Viejo. En los dinteles de puertas y ventanas se observa el escudo de la familia Fontanills, que tiene por símbolo una fuente.
Este edificio del siglo XVII y la antigua torre de defensa anexa, que era de planta cuadrada, aunque existían entre 1876 y 1887, cuando se instaló el Colegio del Comercio, donde impartía clases el pedagogo Francisco Flos y Calçat.
Posteriormente la Sociedad Recreativa y Cultural del Casino, fundada en 1875, se instaló en este edificio y lo transformó dándole el aspecto actual. El arquitecto Bonaventura Bassegoda i Amigó proyectó en 1902 esta ampliación modernista construyendo el café, la rotonda, las salas de billares y de juegos. En 1904 se completaron las obras con la inauguración del teatro destinado a sala de fiestas, el elemento más relevante del conjunto.
Destacan los elementos decorativos de los vitrales policromados, las baldosas y el enrejado con el anagrama del propietario entonces, Miquel Amat Lluch.
Ayuntamiento
La independencia del consistorio de El Masnou, que se había iniciado en 1812 a raíz de la nueva legalidad surgida de la Constitución de Cádiz, se alcanzó en 1825.
En 1844, ante la necesidad de construir una casa de la ciudad, el alcalde Joan Rubis encarga a Miguel Garriga y Roca el proyecto en unos terrenos que la familia de Gaspar Malet adquirió en 1755.
De la fachada destacan los detalles decorativos en terracota, las dos esculturas que simbolizan la justicia y la abundancia, y los dos relieves que flanquean la puerta de acceso y que hacen referencia a las que entonces eran las actividades principales de la población: el agrícola - el cultivo de la viña- y la marinera.
Can Malet
Can Malet llegó a ser una de las mayores propiedades del municipio, integrada por una masía, una capilla, la casa de los cuidadores, un jardín con estanque, huertas, era, establos, almacenes y viñedos, entre otros.
Del conjunto sólo se conserva la fachada de la casa de caseros, una parte de los jardines, un dintel con la fecha de 1736 y el monograma IHS que corresponde a la capilla de San Antonio de Padua, construcción que se perdió en las sucesivas remodelaciones y ampliaciones.
Actualmente es un equipamiento municipal sede del Casal de Gent Gran de Can Malet.
Casa de Cultura
En el Masnou de 1900 la construcción de esta casa de indianos supuso una innovación estilística, ya que responde al gusto por la arquitectura islámica de su propietario, Jaume Sensat y Sanjuan, que había vivido dos años en Egipto.
El proyecto de reedificación está firmado por el conocido maestro de obras Pedro Andreu. El exterior del edificio concentra la riqueza ornamental, destacando la tribuna mirador de la esquina, con los arcos lobulados y la cubierta de escamas cerámicas.
Calle de Adra
Esta calle, que lleva por nombre una población de Almería con la que los masnouenses hacían comercio de cabotaje, es una de las calles más antiguas del municipio. Situado al lado del mar -los patios delanteros fueron sustituidos por bloques de pisos-, aún conserva la estructura de las casas de cuerpo, una tipología de vivienda unifamiliar propio de muchos pueblos del Maresme, de planta baja y piso y con el patio delante.
En este sector, en la playa, convivían los trabajos en los astilleros, los trabajos de los pescadores y el tráfago de carga y descarga de las embarcaciones. A mitad del siglo XIX, en los astilleros, trabajaban tres carpinteros de ribera o constructores de barcos: Pere Sust, Pablo Jubany y los Carreras (Juan Mont Carreras y Calzada y sus hijos Benito y Manuel). Se construían, muy a menudo, veleros de dos palos como bergantines y Pollacra, de 50 a 300 toneladas de arqueo.
Plaza de Ocata
Esta plaza fue el emplazamiento de uno de los mercados de la ciudad; el otro se localizaba en la plaza de la Constitución -conocida más recientemente como del Mercado Viejo.
La principal teoría sobre el origen del nombre de Ocata habla de la población inmigrante del municipio rosellonés de Leucate, en Francia. La otra hace referencia a Hécate, una divinidad griega.
En los últimos tiempos la plaza de Ocata se ha convertido en un lugar de encuentro y de celebración de actos sociales y culturales del municipio.
Cal Ros de las Cabras
Cal Ros es una villa de época romana que funcionaba como un centro productor de vino y cerámica entre los siglos II aC y V dC. Fue descubierta en 1899 por el propietario de la finca, Thomas Morrison -un ciudadano británico instalado en Cataluña por motivos empresariales-, en encontrar un mosaico policromo, paredes y mucha cerámica.
Las intervenciones arqueológicas han sido esporádicas y desiguales, pero han permitido documentar la zona residencial de la villa con diferentes mosaicos y paredes estucadas, así como la parte rústica, destinada a talleres y almacenamiento de las tareas agrícolas: horno de ánforas, depósitos y almacén de dolía -recipients esféricos de barro muy grandes destinados a almacenar y transportar alimentos- y vertederos.
Del yacimiento, destaca el descubrimiento hecho por J. Serra Ràfols (1946) de un mosaico que se encuentra en el Museo de Arqueología de Cataluña y el hallazgo de un sello de bronce, con la inscripción Publi Valeri Euryali, que da nombre al primer masnoví conocido.
Las ánforas hechas en Cal Ros se utilizaban para envasar el famoso vino de la Layetania y transportarlo por mar al resto del imperio romano, hasta zonas tan alejadas como el norte de la Galia -actual Alemania-.
El nombre de Cal Ros de las Cabras hace referencia al colono que vivía, Isidro Ramentol, que era de cabellera rubia y cuidaba las cabras de la finca.
Fuente: Ayuntamiento de El Masnou
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