Un mundo sostenible: el valor de nuestras decisiones

Somos el reflejo de todas y cada una de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestras vidas, y eso no solo nos afecta como personas, sino que también afecta a quienes nos rodean e, incluso al entorno en el que vivimos. Si cada persona aportara su granito de arena, podríamos hacer del mundo un lugar mucho mejor y, sobre todo, combatir esa contaminación que está poniendo en jaque al planeta.

La sostenibilidad se ha adentrado de lleno en nuestro día a día para demostrarnos cómo, a través de pequeños gestos, podemos cuidar mucho mejor del planeta en el que vivimos y evitar todos esos problemas que ponen en peligro a la flora, la fauna e incluso el clima de donde vivimos. Solo hace falta tomar las decisiones adecuadas para conseguirlo, y no solo cuando viajamos, sino también en nuestro hogar.

¿Cómo podemos contribuir a un turismo más sostenible?

Si queremos cuidar de nuestro entorno, todos debemos implicarnos. Reforzar un turismo más sostenible no es solo responsabilidad de las administraciones o empresas, sino también de los propios turistas. Todos debemos aprender y educar a los demás en este sentido, estableciendo una cultura que vele por el cuidado del medio ambiente a través de prácticas más ecológicas.

¿Y qué se puede hacer en este sentido? Pues lo cierto es que es sencillo. Lo primero es asegurarte de buscar alojamientos sostenibles que cuentan con certificaciones de sostenibilidad y que implementen políticas para reducir las emisiones y los residuos, así como para ahorrar en agua y energía. Son prácticas cada vez más extendidas, sobre todo por la urgencia generada con el cambio climático.

De hecho, hay que recalcar esto último. La situación con el clima ha pasado el punto de no retorno, y los datos lo avalan. Basta con echar un vistazo al cambio de temperatura en Lleida en los últimos años par ver una tendencia clara de hacia dónde nos dirigimos. El calor se eleva, y eso a la larga provocará problemas con las reservas de agua, los animales, las plantas y la población tanto en esta región como en todo el mundo.

¿Significa esto que debemos renunciar a los pequeños placeres de hacer turismo? Por supuesto que no. Seguirás pudiendo disfrutar con un buen vino y una buena comida allá donde vayas, o incluso de una buena fiesta si es lo que deseas. Ahora bien, será mucho mejor si lo haces apoyando al producto local de la zona que visitas, impulsando al pequeño comercio y consiguiendo que la huella de carbono sea menor. Y eso, por no hablar del uso de productos reciclados a la hora de desplazarte. Mucho mejor llevar tu propia botella de agua que comprarlas de plástico, por ejemplo.

Optar por medios de transporte no contaminantes como las bicicletas o el transporte público, experimentar actividades de ecoturismo, respetar las normas locales y la cultura y tradiciones de cada región... Todo eso son iniciativas que ayudan enormemente, sobre todo si consiguen calar entre todos los viajeros. Juntos podemos conseguir un mundo mejor.