Fiestas de Sant Sebastià en Cataluña
Las fiestas de Sant Sebastià son una celebración importante en diversas poblaciones de Cataluña, especialmente en aquellos municipios donde Sant Sebastià es considerado patrón. Este santo, venerado como mártir cristiano por haber defendido la fe durante el Imperio Romano, se conmemora el 20 de enero. Durante las fiestas, se combinan actos religiosos con actividades tradicionales y populares que llenan las calles de vida y colores.
Algunos de los municipios catalanes que celebran estas fiestas con especial devoción son Matadepera, El Papiol, Palafrugell o Vilafranca del Penedès, donde se lleva a cabo un conjunto de celebraciones para honrar al santo. En estas localidades, las festividades suelen empezar con una misa solemne en honor a Sant Sebastià, en la que se ruega por la protección de la comunidad. Esta misa suele ir seguida de una procesión, donde la imagen del santo es llevada por las calles del pueblo, a menudo acompañada por bandas de música o corales que cantan en honor a Sant Sebastià.
Además de las actividades religiosas, las fiestas populares ocupan un sitio central en la celebración. En muchas poblaciones, los gigantes y cabezudos salen a la calle para bailar al ritmo de la música tradicional catalana, y es frecuente ver pasacalles donde se mezclan los grupos de gigantes con grupos de músicos locales. Los correfocs también tienen un papel destacado, con la participación de grupos de diablos que llenan las calles de luz y pólvora, creando un espectáculo único.
Una de las tradiciones más arraigadas en Matadepera, es la plantada del pino. El árbol está talado en el bosque y se transporta a pie en una caminata nocturna que reúne a cientos de personas. Después, se planta a mano en la plaza de Cal Baldiró, y finalmente es escalado por los trepadores más valientes del pueblo.
En Vilafranca del Penedès, aunque Sant Sebastià no es el patrón principal, también se realizan celebraciones en honor al santo. Además, la ciudad cuenta con el Monasterio de Sant Sebastià dels Gorgs, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, que es un testimonio del patrimonio histórico y religioso de la zona.