Ruta del Modernismo en Barcelona
Barcelona es una ciudad de mil caras, mil colores, mil olores, mil sabores y mil sensaciones. En esta ruta abordaremos la Barcelona Modernista, que revolucionó la ciudad, no solo artísticamente hablando, sino económica, cultural y socialmente. Actualmente, Barcelona es indiscutiblemente una ciudad modernista. Tal y como lo muestran los edificios que han sido declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
La Barcelona Modernista es la Barcelona de Gaudí, la Barcelona de Puig i Cadafalch y la Barcelona de Domènech i Montaner. La Barcelona Modernista es un paseo para descubrir patrimonio material (escultura, arquitectura y pintura), pero también inmaterial (literatura y música).
Queremos hacer un homenaje al Pla Cerdà y a lo que éste significó para la ciudad y para el movimiento artístico que paralelamente le acompañó: el Modernismo.
En esta ruta abordaremos el modernismo barcelonés sin tener en cuenta Gaudí, que merece una ruta a parte por la gran cantidad de aportaciones a la ciudad.
Los orígenes
La Barcelona de la Revolución Industrial, asfixiada dentro de las murallas, vio necesario que éstas se derrumbaran y la ciudad pudiese crecer por una zona donde antes había estado prohibido construir. En aquel momento, se planteó un concurso para saber el mejor modelo para su desarrollo y el modelo ganador fue el Modelo de Cerdà. Este modelo se basaba en la construcción de chaflanes de edificios que permitían trazar calles paralelas y perpendiculares, a la vez que se ganaba en calidad de vida, ya que se pensaba en la amplitud de las calles y las zonas ajardinadas para el saneamiento del aire y la luminosidad de la ciudad.
Todo este proceso coincidió con un movimiento político, cultural y económico en auge en Catalunya que empezó con la Renaixença y se consolidó con el Modernismo. El Modernismo incorporaba elementos innovadores como el vidrio, la madera, el hierro forjado y la cerámica, pero por encima de todo, buscaba una simbología catalanista y patriótica, que demostrara la importancia de la cultura catalana y su historia. Es un estilo que busca originalidad, creatividad y antiacademicismo y que le da una especial importancia al decorativismo tanto en el interior como en el exterior. Además tiene un gusto repetitivo por incorporar elementos de la naturaleza –motivos florales, peces, insectos, animales…-, por las figuras ondulantes y una exaltación de la arquitectura gótica y su iconografía –para recordar el pasado glorioso de Catalunya, como por ejemplo, el uso del dragón-.
Arquitectónicamente hablando, así pues, no solo se aplicó en edificios como el Liceu, el Palau de la Música, la Casa Amateller, la Casa Lleó i Morera, la Casa Batlló, la Casa Milà, la Sagrada Família o en muchos otros puntos básicos para el turista que visita Barcelona, sino que también se puede ver reflejado en tiendas –colmados, hornos, farmacias… - o portales.
Ciutat Vella
Iniciaremos esta ruta por la parte más antigua de la ciudad que, no obstante, incorporó edificios y elementos modernistas.
Subiendo las Rambles, en la esquina de la calle Sant Pau, nos espera el Liceu de forma majestuosa para explicarnos la importancia de la burguesía en la construcción de edificios modernistas, no solo por su poder adquisitivo, sino por su nivel cultural. Este edifico fue remodelado y decorado por el escultor Eusebi Arnau y el pintor Ramon Casas durante los años 1902 y 1903. Posteriormente, el 31 de enero de 1994 sufrió un incendio y se han hecho nuevas remodelaciones.
En las Rambles número 91, encontramos el Mercado de Sant Josep más conocido como el Mercado de la Boquería. La entrada hecha de forja y vidrios coloridos es todo un espectáculo. Entrad para descubrir el mercado con el surtido más exótico de la ciudad.
Más adelante, en el número 82 de las Rambles, está la Casa Bruno Quadros, una antigua paragüería decorada con motivos industriales. En el número 77, nos recibe la Casa Doctor Genovè, una antigua farmacia y laboratorio. En el 115, la Academia de Ciencias y Artes y en el 121 la Farmacia Nadal.
Sin ir más lejos, en la calle Canuda, está el Ateneu Barcelonès, conocido por la gran cantidad de actos relacionados con Catalunya y la cultura en general, y muy cerca del Portal de l'Àngel, en la calle Montsió, el Café dels 4 gats, donde se encontraban los artistas noucentistes como Casas o Russiñol, pinturas de los cuales se pueden admirar en el MNAC. Entrad en este Café y observad las formas ondulantes de las sillas y el famoso “Tándem” del pintor.
Finalmente, acabaremos esta parte de la ciudad con una obra maestra, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el año 1998, el Palau de la Música Catalana, de Domènech i Montaner. La fachada, llena de símbolos catalanes otra vez, nos recibe cordialmente, mientra que cuando entramos, quedamos absorbidos por la belleza de la arquitectura iluminada por la gran cúpula de vidrio colorido que cuelga del techo. El edificio fue construido para acoger el Orfeó Català y actualmente aún acoge conciertos.
El eixample
Como ya hemos dejado entrever al principio, este es el distrito modernista por excelencia, ya que su desarrollo coincidió con el del movimiento modernista. Subiendo por el Paseo de Gràcia, no hay islas de casas que contengan algún elemento modernista. Los faroles banco están por todas partes. En la esquina con la Gran Via de les Corts Catalanes, podemos ver el Palau Marcet, un edificio que se convirtió en el Teatro de la Comedia y que ahora es un gran cine. Pero cuando llegamos en la isla situada entre el Paseo de Gràcia, el Consell de Cent y Aragó debemos hacer una parada obligada para descubrir la “Manzana de la Discordia”. Se trata de tres edificios muy cercanos los unos de los otros que luchan por saber cual es el más bello: la Casa Amatller, la Casa Batlló o la Casa Lleó i Morera.
En primer lugar, la Casa Amatller, remodelada a partir de una construcción anterior por Puig i Cadafalch, recuerda una casa flamenca y tiene claros elementos neogóticos. En la planta baja, se pueden visitar diferentes exposiciones temporales gratuitas durante todo el año.
La Casa Lleó i Morera, de Domènech i Montaner, también fue una reforma de una casa anterior donde destacaba su decoración interior por el uso de cerámica, mobiliario del estilo y vitrales diseñados por el mismo arquitecto.
La Casa Batlló será comentada en la ruta modernista dedicada a Gaudí.
Cerca de este triangulo de edificios emblemáticos, en la calle Aragó, encontramos la Fundación Antoni Tàpies. Ésta había sido la localización de la Editorial Montaner i Simon, la empresa de la familia de Domènech i Montaner, el artífice de la obra. Recomendamos de ésta la fachada, conjunción de dos de los elementos modernistas por excelencia: el tocho rojizo y el vidrio -en forma de vitrales- de manera que imita una construcción fabril modernista. La fachada está coronada por aluminio en forma de hilos que se distribuyen caóticamente, obra creada por Antoni Tàpies.
Debemos destacar también algunos edificios modernistas de la Rambla Catalunya, como la Casa Dolors Calm, la Casa Fargas, la Farmacia Bolós o la Casa Serra. Ésta última hace esquina con la avenida Diagonal y fue diseñada por Puig i Cadafalch. Actualmente encontramos el edificio sede de la Diputación de Barcelona.
Muy cerca, en la avenida Diagonal, entre Roger de Llúria yBruc, nos recibe la Casa de les Punxes. Este fue un edificio de Puig i Cadafalch encargado por las hermanas Terrades. Por eso tambíen recibe el nombre de “Casa Terrades”. És un fantástico edificio que recuerda el arte gótico catalán europeo, con seis torres coronadas por puntas i 365 ventanas, una para cada día del año.
Fuera del eje modernista
Lejos de la columna vertebral de la ciudad que conforma la zona de las Rambles y el Paseo de Gràcia, debemos remarcar más patrimonio modernista.
Para empezar, un edifico reconocido Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO: el Hospital de Sant Pau, de Domènech i Montaner. Ésta es otra obra de genialidad que combina el arte con la funcionalidad propia de un hospital que aún hoy funciona con toda normalidad, a la vez que se hacen visitas guiadas diariamente.
En la zona del Parque de la Ciutadella se puede visitar otro conjunto modernista, el que se construyó con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1888 en la ciudad. Otra vez el tocho tiene una gran importancia en la realización del Arc de Triomf (Arco de Triunfo), de Josep Vilaseca, y del Castell dels Tres Dragons (Castillo de los Tres Dragones) de Domènech i Montaner, Café – Restaurante de la Exposición y actualmente, Museo de Zoología de Barcelona.
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