Paseo hasta el pozo de hielo de Argençola

Viviremos de cerca el paisaje agrícola de esta parte de la comarca, donde su relieve ondulado le obliga a una alternancia con el bosque formando un atractivo mosaico agroforestal. Así, pues, los campos de cultivos de secano a menudo abancalados con altos márgenes dibujan bonitas formas entre las manchas de bosque de las partes menos favorables.

Iremos viendo masías, muchas también arriba en las cumbreras, que nos recuerdan quién es el responsable del mantenimiento de este paisaje. Algunos, abandonados; otros, en activo con nuevas propuestas para revitalizar el turismo de proximidad a la comarca.

Pasado Cal Rabasser y con la vista puesta en Cal Jepet y can Serrats, al otro lado del valle, bajamos hasta el cauce del torrente de los Verdaguers, entre campos de cebada y recortes de un pinar solano con aromáticas que nos acompañan por el camino.

Al entrar en el cauce del torrente, bajo álamos y arces, notaremos la frescura de estos hondonadas para darnos cuenta del cambio de vegetación entre las solanas y las umbrías. Es por este motivo que a continuación encontraremos el pozo de hielo. Antiguos reservorios y dispensadores de frío siglos atrás.

Subiremos de nuevo, ahora atravesando otro pinar umbrío donde las aromáticas han casi desaparecido dejando lugar a otros arbustos. Saldremos hacia a el camino sobre la cumbre de Clariana, ante las masías de cal Jepet y can Serrats, donde podemos conocer más de cerca el rebaño de ovejas de Can Serrats. Los bonitos robles entre los dos caseríos nos dan una pista de cuál podía ser el bosque antes de que los pinos se esparcieran.

Volvemos por el camino cumbrera dirección Argençola, disfrutando de nuevo de las vistas ahora en dirección a Santa Coloma de Queralt (poniente), la próxima comarca vecina de la Conca de Barberà. Pasaremos por el lado de una colina, encima de cal Macari, donde se han encontrado unas sepulturas de losas y, después, por el lado de Can Sebastià, que conserva un horno, hoy tapiado, integrado en la masía de 1916. 

Aquí en la cumbre, podemos ver algún rapaz típico de estos ambientes abiertos como el cernícalo o el ratonero, parados en postes o hilos o revoloteando recorriendo los campos buscando alimento. Pasando por el lado de las últimas casas antes de llegar al coche, podéis fijaros en los nidos de golondrinas que hay debajo de la cornisa de una de ellas.

¿Qué veremos durante la ruta?

Pozo de hielo

¡No os acerquéis demasiado al agujero! Se puede hundir.

La actividad de los pozos de hielo es conocida desde tiempos de los romanos (2000 a. C.); su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, con un periodo de esplendor en los siglos XVII y XVIII y terminando a finales del XIX con la llegada de las industrias de hielo artificial. Hasta este momento la conservación de alimentos se realizaba gracias a la salmuera, los abonos, las conservas o al aprovechamiento de la nieve o el hielo.

El hielo se utilizaba en verano para la conservación de alimentos, para combatir la fiebre, como anestésico, para las quemaduras, para detener hemorragias, como refrescante de bebidas y para fabricar helados. Construcción de piedra seca de forma cilíndrica, y que actualmente carece de la totalidad de la cúpula. Tiene un acceso lateral, que era por donde se extraía el hielo.

Se caracteriza, como la mayoría de pozos de hielo, por su situación, en una zona de umbría y fresca.

Las masías

Cal Jepet dels Pous se remonta a inicios del siglo XVIII, aunque no es descartable que en este lugar hubiera anteriormente otra edificación, ya que, como su propio nombre indica, era una zona con abundantes recursos hídricos.

Un ejemplo del recurso hídrico son estos bonitos robles melojos, característicos de los lugares más frescos y húmedos. Uno de ellos al lado de un pozo. Enfrente tiene can Serrats. Tiene un rebaño de casi 300 ovejas.

La producción de ovino de calidad ecológica y saber complementar la gestión del rebaño con actividades de ecoturismo son un claro ejemplo de la adaptación de esta manera de hacer a los nuevos tiempos. El municipio de Argençola está formado por siete pueblos y su población se encuentra diseminada en casas aisladas. He aquí la importancia de los caseríos en este territorio agrícola. Los pueblos, normalmente crecían alrededor y bajo el castillo que coronaba la colina.

Muros y huertos

Estamos en el cauce del torrente de los Verdaguers. Unos 60 m aguas abajo, al lado derecho, bajo unas escaleras que bajan del camino de la umbría, está la fuente de los Verdaguers. El manantial está cubierto por una estructura de piedra. Antiguamente era la fuente del pueblo. Nosotros no la hemos encontrado.

La agradable sensación de frescura nos la proporcionan los álamos y los arces. Los muros que ve con puerta incluida sostenían los bancales más cercanos al torrente donde la gente del pueblo tenía el huerto. Empieza aquí una vegetación muy diferente de las malezas solana.

Es una vegetación más de piso montano. En primavera, marzo-abril, entre musgos y hiedras, la luz que llega al sotobosque atravesando las copas desnudas favorece la floración de la hepática (por la coloración de sus hojas) de flores blancas (foto), también podría tener flores lilas.

Flora: Pineda solana

Estamos en el país del carrascal (en la solana) y el quejigo o valenciano (en la umbría). Paso entre la morada Mediterráneo y el montano. La secular actividad humana domesticando el paisaje hizo desaparecer este bosque. Con el tiempo, los terrenos menos productivos y abandonados se han ido reforestando para obtener nuevos recursos: madera y biomasa.

El bosque dominante ahora es el pinar secundario (no autóctono) de pino carrasco (Pinus halepensis) en las solanas y de pino (Pinus nigra) en umbrías. Crecen sobre el sotobosque propio de los encinares y robledales que deberían ocupar su lugar.

Aquí, en la solana calcárea, encontramos un romeral y timón salpicados de bonitos enebros como el que tiene al lado del camino (dos rayas blancas sobre las pequeñas hojas punzantes). También crece la coscoja, el junquillo y el listón como gramínea dominante.

A pleno sol, otras aromáticas nos acompañan en el camino: el tomillo, la siempreviva borda y el abrótano hembra de bonitos botones de flores.

Flora: el corner

Amelanchier ovalis Hermoso ejemplar justo al lado interno de la curva. Todo el camino que sigue está bordeado por el mismo arbusto. Entre el pinar queda algún roble, testimonio del antiguo bosque.

El corner es de la familia de las rosáceas como otros arbustos que hemos visto: el espino blanco, el rosal silvestre o escaramujo; es típico de terrenos calcáreos de la zona mediterránea o de la montaña. Aquí nos encontramos en un espacio de transición entre los dos ambientes. De hoja caduca, toma bonitas coloraciones amarillas a finales del otoño. La medicina tradicional atribuye a la infusión de la corteza con bicarbonato sódico propiedades como hipotensor, diurético, astringente y antiinflamatorio.

En las hojas se les atribuye propiedades hipotensoras y antipiréticas (para bajar la fiebre). La savia se utiliza como diurético y antirreumático.

Paisaje agrario

Estáis ante el paisaje típico de la Alta Anoia que drena hacia la cuenca de Òdena en el río Anoia. Al fondo, los contrafuertes de Montserrat y Sant Llorenç del Munt. Relieve ondulado formado por pequeñas crestas, erosionadas con facilidad formando los torrentes que bajan en la cuenca. Los terrenos más llanos y aptos se aprovechan para cultivos de cereales de secano: trigo y cebada.

Antiguamente, las partes más empinadas s'afajaban con grandes márgenes de piedra y se cultivaban frutales de secano como los almendros, olivo y vid. Esto hoy ha desaparecido convirtiéndose todo en cereal, algo de colza y algunas forrajeras. En las partes más empinadas y de peor calidad agronómica domina el pinar secundaria (no autóctona).

Otras tierras poco productivas son matorrales y eriales donde la calidad del suelo, los incendios o la presión ganadera han hecho que no se pueda desarrollar el bosque. La alternancia de texturas vegetales, en armonía con la suave topografía forma patrones muy atractivos, de líneas curvadas.

Colaboración: Ayuntamiento de Argençola y Joan Solà (Asociación el Trill)