La Ribera Salada

El puente del Clop

Para llegar hasta la Ribera Salada vendremos desde Solsona por la C-26, en dirección Bassella, y tomaremos el desvío donde comienza la carretera LV-4011 en dirección hacia Cambrils y Montpol, seguiremos esta vía hasta llegar al Puente del Clop, el punto justo donde la carretera atraviesa este curso de agua.

A esta altura de la Ribera Salada el río se ensancha y ha creado una amplia llanura a su lado. En este lugar podremos hacer una parada y dar un paseo por el entorno, observar las aguas del río, de las más limpias de Cataluña, o las ruinas del antiguo hostal. La calidad del agua, la poca profundidad de este tramo y la explanada que hay junto a él hacen que, durante el verano, el Puente del Clop se convierta en una playa de interior que atrae bañistas de Solsona y otras poblaciones cercanas. Río arriba podemos ver el canal serpiente, un tramo donde el paso del agua ha modelado con formas muy curiosas las piedras que rodean el río, gargantas que hacen de este tramo del río un pequeño desfiladero de líneas redondeadas.

Montpol

Volviendo a la carretera LV-4011 pasaremos por la iglesia de San Miguel de Montpol, un edificio construido entre el siglo XVII y XIX heredero de una antigua iglesia ya desaparecida que se encontraba, junto con el castillo, en lo alto de la Roca de Montpol, una gran roca muy peculiar situada junto al plano donde se levanta el templo actual, mucho más accesible que la anterior. Al pie de la roca todavía se pueden encontrar vestigios de antiguas viviendas que habían sido escondite de bandoleros y contrabandistas.

El mirador de Serra-Seca

Continuando por la carretera LV-4011, en dirección al núcleo de Cambrils, nos adentraremos en el término municipal de Odèn y haremos una parada en el mirador de Serra-Seca, situado muy cerca de la carretera. Desde el punto donde está indicado a seguir un sendero en subida y cinco minutos más tarde llegaremos hasta el mirador. Desde allí podremos observar una panorámica privilegiada del valle de la Ribera Salada pero, además, también podremos divisar otros lugares como las montañas del macizo del Port del Compte y la sierra de los Obacs, con las Encantadas o Montserratina, unas formaciones rocosas que recuerdan las características formas de la montaña de Montserrat. A esta altura, a pie de carretera, también se encuentra un monumento en recuerdo del paso del Tour de Francia, el verano de 2009, por la carretera que bordea el mirador.

El salino de Cambrils (Odèn)

Después de visitar el mirador será el momento de conocer la estrecha relación que tienen la Ribera Salada y la sal, para hacerlo tendremos que llegar a Cambrils, uno de los núcleos del municipio de Odèn, presidido por la iglesia de Santa Cecilia y las ruinas del antiguo castillo, una vez allí hay que ir hasta el salino, este lugar es testigo de una de las pocas salinas de montaña que existían en Cataluña. Para llegar tendremos que cruzar el núcleo de Cambrils por la carretera LV-4011 hasta el final y tomar la L-401 en dirección hacia el Coll de Jou, en el kilómetro 20 encontraremos el desvío correspondiente.

Aquí se encuentran unas fuentes de agua salada que, al mismo tiempo, son el origen del río Frío y del nombre de la Ribera Salada. A pesar de tener un alto nivel de sal, río abajo, esta concentración va quedando diluida por los diferentes afluentes de agua dulce. Pero el punto más curioso de esta zona son sus antiguas salinas, un vestigio de lo que fue una pequeña industria productora de sal a kilómetros de distancia de la costa marina. La historia de la producción comienza a finales del siglo XVIII y se termina en 1963, produciendo sal tanto para el ganado como para el consumo humano. Tras el cierre las instalaciones quedaron durante mucho tiempo sin uso pero hace unos años se rehabilitaron y, actualmente, se han convertido en un museo donde se explica el antiguo proceso de producción de la sal y donde también se ofrecen terapias relacionadas con la sal. Así podemos ver las antiguas canalizaciones de agua, los molinos, los antiguos bancales donde se evaporaba el agua para recoger la sal o, también, existe la posibilidad de bañarse en la piscina terapéutica de agua salada con vistas al valle del río Frío.

La fuente de Cal Sala y el Codro del elefante

Una vez dejamos atrás las salinas, podemos continuar por la carretera L-401 en dirección al Coll de Jou, pronto encontraremos la Fuente de Cal Sala situada en el núcleo del Racó, en este mismo lugar, muy cercano a la fuente, encontraremos el salto de agua de Cal Sala, un lugar donde las leyendas populares dicen que las mujeres de agua iban a peinarse.

Una vez pasada la Fuente de Cal Sala podemos visitar el Codro del Elefante, una piedra de grandes dimensiones con unas formas que recuerdan a un elefante, para hacerlo tendremos que ir hasta la ermita de San Quintín, una pequeña construcción románica que encontraremos escondida entre encinas. Para llegar tendremos que tomar el desvío que hay en el kilómetro 21,5 de la carretera L-401 en dirección al Coll de Jou, desde aquí tendremos que seguir una pista forestal de 1,4 kilómetros que tendremos que hacer a pie, durante el camino nos encontraremos con una bifurcación y entonces tendremos que tomar el camino de la izquierda. Una vez estemos allí, a 20 metros de la ermita, encontraremos "el elefante" de piedra.

La Roca de Canalda

Continuando por la carretera L-401 nos acercaremos a la roca de Canalda, una montaña que forma parte del macizo del Port del Compte y que visualmente se caracteriza por su gran pared de roca, muy apreciada por los amantes de la escalada. Al pie de esta pared se encuentran grutas y refugios de piedra que, desde tiempos inmemoriales, han sido habitados, aunque hoy ya no vive nadie. Poco antes de llegar a las casas del núcleo de Canalda, en el kilómetro 36, encontramos un desvío hacia la masía "Can Rita", el último lugar de la roca que fue habitado. La construcción, en ruinas, está protegida por un techo natural de roca. Esta gruta de piedra fue habitada desde la prehistoria pero la casa no se hizo hasta el siglo XVIII, la construcción debe su nombre a su última habitante que vivió hasta los años 80 del siglo XX. Se puede entrar en su interior donde todavía se puede ver una antigua cocina de fogones y un horno de pan.

Si nos miramos la casa desde el frente podemos continuar hacia la derecha y hacer una caminata por un tramo del camino que recorre la base de la roca de Canalda, podremos encontrar otros lugares antiguamente habitados como, por ejemplo, las ruinas de Ca Andreu, las cuevas de la Espluga Melera o, finalmente, las cuevas del Moros que se pueden observar elevadas unos pocos metros más arriba, son poco accesibles ya que actualmente sólo se puede llegar mediante técnicas de escalada.

Mirador de la Cruz del Codó

Si retomamos la L-401 desde el punto donde estábamos llegaremos al Coll de Jou, desde allí podemos beber el agua de la fuente que hay en este punto y hacer una caminata corta hasta el mirador de la Cruz del Codó, en este sitio cambiaremos por un rato la cuenca de la Ribera Salada por la del Cardener ya que desde allí se puede observar una panorámica de San Lorenzo de Morunys, los conglomerados de los Bastets, la sierra de Busa, la mola de Lord y el río Cardener a la altura del pantano de la Llosa de Cavall.

El Castillo de Lladurs

Después de llegar al punto más alto iremos cerrando el recorrido volviendo hacia tierras más bajas, al Castillo de Lladurs. Desde el Coll de Jou cogemos la carretera LV-4241 en dirección Solsona y cuando encontramos el área de picnic de las fuentes de Lladurs dejamos el coche y, desde allí, dando un paseo, podemos llegar hasta el castillo. Se trata de una construcción con más de mil años de historia que hoy se encuentra en ruinas, junto con el castillo se encuentra la iglesia de San Martín, el elemento más visible y entero en un conjunto con partes de varias épocas, las más antiguas datan de la edad media. Este antiguo castillo se encuentra en lo alto de una colina que nos permite acabar la ruta con una privilegiada vista general de la cuenca de la Ribera Salada y del sur del Solsonès.