El Camino de Picasso del Berguedà a la Cerdanya

"Para llegar había que hacer un recorrido de varias horas sobre una mula, por senderos rodeados, de un lado, de una pared vertical de roca que te masacraba manos y rodillas, mientras del otro lado un precipicio profundo nos obligaba a cerrar los ojos para vencer el vértigo. Aquellos precipicios no inquietaban las mulas lo más mínimo, prudentes, y de las que uno se podía fiar. En un momento preciso noté como se aflojaban las correas de la silla y me soltó peligrosamente hacia atrás. Afortunadamente, el porteador, una vez alertado, vino a recolocar la silla, la mula y a mí. "

Así relataba Fernande Olivier, artista y modelo francesa, en sus memorias, la impresión que le dejaría el camino cuando acompañó a Picasso en aquel viaje el verano de 1906, partiendo de Gósol por el Paso de los Gosolans, camino de París, con las telas enrolladas fijadas sobre una mula.

De Sant Llorenç a Gósol

El camino empieza por el monasterio de Sant Llorenç cerca Bagà, y conduce al Coll de los Fangassos por un paso impresionante, baja al valle del Saldes, atraviesa el río por una palanca de madera, pasa por Castellot y el Molino de Bosoms, atraviesa el torrente por un puente del tiempo de las minas y sale a Hostalets del camino real.

Desde aquí el camino pasa cerca de Cal Coix y sube decidido a la iglesia de San Julián de Fréixens. Sigue subiendo después, más suavemente, hacia Cal Francesc, deja a un lado la capilla de San Antonio y sale a Cal Susèn, a la vista de Maçaners y del Pedraforca, la silueta del que ya no nos abandonará en todo el recorrido.

En Maçaners podremos hacernos pasar la sed en la fuente. El camino sigue hacia Molers, pasa por la casa del Sull (de origen medieval), llega al pueblo (donde encontramos la fuente), continúa por debajo de la Sierra de Baix, y sale a la carretera carbonera (una pista de tierra que en los años cuarenta ya había sustituido el camino real), que conduce al Molino de la Palanca, sobre el Agua Salada.

El camino sube a Saldes, atraviesa el pueblo, continúa hacia los barrios de Cardina y el Serrat, atraviesa la carretera de Gósol y toma el antiguo camino real de Feners y Espà.

El camino, restaurado, sube por el medio del risco arcilloso de Coll de la Trapa y baja al torrente a buscar el camino viejo de Gósol. Aquí encontramos un espectacular e impactante paisaje desértico causado por un afloramiento de arcillas erosionadas formando terruños y grietas debido a la ausencia de vegetación. Las tonalidades chillonas, rojizas y ocres de los afloramientos rocosos dominan el paisaje. Parece bastante claro que Coll de la Trapa inspiró Picasso, ya que estos son los colores que caracterizan la obra pictórica realizada en Gósol.

Después del collado el camino pasa por debajo de la carretera actual y atraviesa los pueblos de Espà y Sorribes, donde podemos hacer una parada. Desde Sorribes el camino sube hacia el Coll del Cap de la Creu, donde ya se divisa Gósol, donde el pintor llegó a finales de mayo de 1906.

De Gósol a Bellver de Cerdanya

El pintor partió de Gósol doce semanas más tarde por el camino conocido como el Camino de los Segadores ya que es el mismo camino que utilizaban los gosolencs para ir a hacer la campaña de la siega en los valles de la Cerdanya durante el verano.

El camino sale del pueblo de Gósol en dirección norte, siguiendo las marcas amarillas y blancas del PR 124 hasta pasado el pueblo de Nas- por una costa pedregosa desde donde se domina muy pronto todo el valle de Gósol y buena parte del curso del Agua de Valls y la sierra de Ensija; y llega al cuello de Fuente Terrers, donde encontramos la fuente homónima.

El camino sigue hacia el Pla del Martí y sube suavemente hasta encontrar el torrente de la Coma de Caners -de donde sale el camino que sube al Pedraforca por Verdet-. Aquí el camino empieza a subir por el bosque en algunos tramos empinados que llevan a cruzar la loma de la Portella por el Cap de la Portella.

Pasado el collado, el bosque es cada vez más ralo hasta que se convierte en un prado que vamos flanqueando hacia levante con el valle de Cerneres al norte y noroeste. Se pasa por la fuente de la Roca y se llega al Collell. Este collado es la divisoria de aguas entre el Llobregat, por el valle de Gresolet y el Segre, por el valle de Cerneres.

El camino -ahora pista forestal cerrada en invierno y bastante transitada por vehículos en verano- llega hasta el Pla de Bassotes. El nombre del lugar proviene del abundante número de balsas de agua que se encuentran dispersas i que siempre tienen más o menos agua y que sirven para abrevar el ganado.

Se abandona la pista para seguir el camino que sube por el plano en dirección norte y que inicia una ascensión seguida hacia el Prat Toixoneres, la Costa del Clot del Moro, el Prat Socarrat hasta alcanzar la cima de la sierra Pedregosa en el camino comienza el flanqueo hasta el Clot de Palomar donde un último repecho nos sitúa al Paso de los Gosolans, entre la cima redondeada del Comabona al este y el continuo dentellado de la vertiente norte de la sierra del Cadí. Al fondo ya se divisa el Prat de Aguiló donde se accede en unos apeaderos pedregosos que zigzaguean por la cara norte de la sierra.

Desde el refugio, el camino baja por una pista concurrida -sobre todo en verano- hasta el collado del Hombre Muerto donde el camino recupera antiguos caminos enlazados hacia las Eres, la Mala Terra y las Planes d'Hereus para llegar a pueblos de Nas y Pi, ya en el valle -desde un poco antes de llegar a Pi, el camino está señalizado con las marcas rojas y blancas del GR 150 hasta Talló -. En este último pueblo, la antigua herrería se ha convertido en un pequeño centro de interpretación, autovisitable, donde se puede ver cómo se trabajaba el hierro en tiempos pretéritos. Y, quién sabe si el mismo Picasso hizo parada para reparar alguna herradura dañada de los caballos que les habían llevado a cruzar el Cadí!. Desde aquí el camino llega a Talló y Bellver, punto final de la ruta.

Fuente: Oficina de Turismo del Berguedà