Los gremios defensores de Barcelona en 1714 (Parte I)
La defensa de la ciudad de Barcelona durante el sitio borbónico de 1714 no fue llevada a cabo sólo por el ejército y los militares, sino que la gente de la ciudad que tenía otras profesiones, las apartaron para dar apoyo a la causa austracista .
Este es el caso de los artesanos que, agrupados en gremios, defendieron diferentes puntos de la ciudad para mantenerla en pie. Esta milicia urbana era la Coronela de Barcelona .
En esta ruta, presentaremos la primera parte de dos rutas relacionadas, ya que seguiremos los pasos de los gremios de la ciudad dedicados a productos alimenticios, los puntos de defensa que tuvieron, además de la historia y de sus características.
En la segunda ruta encontraremos los otros oficios gremiales de la ciudad durante el 1714.
¿Qué es un gremio?
Un gremio es una asociación formada por un grupo de personas que realizan el mismo oficio.
Hay diferentes gremios: carniceros, carpinteros, panaderos, etc. Antiguamente los gremios que existían se caracterizaban por los oficios que realizaban. Esto hacía que hubiera el gremio de marineros, el de hortelanos, el de candeleros de cera, entre muchos otros que veremos a lo largo de la ruta.
Estos gremios tenían como objetivo agrupar a las personas que tenían un mismo oficio por diferentes motivos: pactar los precios de los productos, crear normas concretas y velar por su cumplimiento, formar a los futuros profesionales, etc.
La importancia de los gremios se fue haciendo cada vez más fuerte. Las ciudades se nutrían de estos para desarrollar su economía. Entrar en un gremio comportaba obtener unos privilegios, pero a la vez, entrar era una tarea ardua.
Historia de los gremios
Para encontrar el origen de los gremios tenemos que viajar hasta Babilonia. Allí, el código de Hammurabi ya hablaba de ellos. Sin embargo, el gran auge de los gremios surge a partir de la edad media, cuando las ciudades crecen con un gran número de talleres, maestros y aprendices.
El control en la reglamentación de las normas de producción, los precios, el control para acceder al oficio y la competencia y la estructura de aprendizaje entre maestro y aprendiz, eran las claves del funcionamiento de los gremios.
Sin embargo, con el paso de los años surgieron ciertas disputas entre unos y otros, sobre todo por las condiciones de trabajo y el control del mercado que estaba supeditado a las condiciones de la oligarquía urbana formada, principalmente, por comerciantes y mercaderes.
Los gremios de hoy
Hoy en día, todavía hay algunos gremios que funcionan de manera activa en Cataluña, ya que esta es una tradición que ha perdurado.
Muchos, por no decir la mayoría, de los que veremos en esta ruta ya no existen actualmente y hay otros que han aparecido más recientemente, como es el caso del gremio de actores o de transportistas.
Uno de los gremios más activos es el pastelero que ha convertido en su cruzada el hecho de mantener vivas tradiciones como son los panellets, la coca de llardons (chicharrones), los turrones, el roscón de Reyes o las monas de Pascua, sin dejar de lado las bases de la formación de los gremios citados anteriormente.
Gremio de carniceros
A principios del siglo XVIII, el oficio de carnicero era considerado un oficio poco valorado. De hecho, muchos carniceros fueron apartados del gobierno y de la iglesia. Esta situación cambió en el último tercio del mismo siglo.
El gremio de carniceros disponía de espacios de venta de carne. El municipio se encargaba, junto con los carniceros de la provisión de la carne. A menudo, también existía la figura del intermediario como los ganaderos o los revendedores.
La tarea de carnicero no era considerada un trabajo noble, ya que se encargaban de matar y de desollar el ganado y, a veces, si no había verdugo disponible, también se encargaba de colgar condenados.
La tarea del gremio de carniceros durante el sitio de Barcelona fue la defensa de la muralla entre el baluarte de Santa Clara y el del Portal Nou. El baluarte de Santa Clara se encontraba ubicado casi en el centro del actual Parque de la Ciutadella. Fue escenario de una de las batallas más duras por parte de la resistencia, ya que perdió muchos efectivos, pero el bando atacante también sufrió muchas bajas y, como finalmente no pudo ser conquistado no volvió a ser atacado hasta la parte final de la batalla.
El gremio de carniceros pertenecía al batallón de San Severo y su cuartel se encontraba en el Convento de San Francisco de Asís (ver la ruta de Las coronelas y sus batallones).
Gremio de adroguers y confiteros
Durante los siglos XIV y XV, el nombre de adroguer quería decir "mercader de drogas", quizá porque se dedicaban a la venta de estos productos "tan pecaminosos que llevan al vicio a todo aquel que los prueba".
De hecho, sólo se podía elaborar y vender chocolate si se formaba parte del gremio. Su elaboración, llamada "la cuita" se hacía tanto en la tienda como en las casas particulares. Por este motivo, era frecuente encontrar adroguers y confiteros por las calles de la ciudad.
El gremio de colmados y confiteros, que formó parte del batallón de la Santísima Trinidad de la Coronela y tenía el cuartel en la iglesia de Santa María del Mar (ver la ruta de Las coronelas y sus batallones ), y hacía guardia en Montjuïc. Montjuïc era un lugar de capital importancia, ya que era un punto estratégico por su situación y, por tanto, era un objetivo militar en toda regla. El Convento de Santa Madrona, situado de camino al castillo de Montjuïc, recibió el ataque de las tropas borbónicas varias veces: en 1705, en 1706 y, finalmente, el 1713-14. Hoy en día, en su lugar, hay una pequeña ermita.
Castillo de Montjuïc
El origen del Castillo de Montjuïc lo debemos buscar en la época medieval, cuando la construcción que había servía como atalaya para los barcos.
En 1640 se construye la primera fortificación que tendrá forma cuadrangular y que, en cada uno de sus ángulos tendrá un pequeño baluarte de defensa. Pero no es hasta el 1694 que esta fortificación se convierte en castillo. Quedando la parte interior como pequeña fortificación que se ve rodeada por un fortín con tres baluartes mirando al interior del territorio y una franja lineal en forma dentada de cara al mar.
Su situación, a unos 200 metros sobre el nivel del mar de la montaña de Montjuïc, ha hecho que a lo largo del tiempo haya sido un punto clave en las batallas. En el caso del sitio de Barcelona de 1714, el Castillo de Montjuïc fue uno de los últimos puntos fuertes de los austracistas, ya que no fue entregada a las tropas borbónicas hasta el día 12 de septiembre a las 5 de la tarde, después de recibir las imposiciones que el Duque de Berwick había mandado el mismo día.
El nombre de Montjuïc proviene del cementerio judío que se encontraba en la montaña (monte judío) y que fue abandonado en el siglo XIV, después de la destrucción de la judería de la ciudad de Barcelona .
Durante muchos años, una vez dejada su función de fortificación militar, funcionó como museo también militar. Actualmente, en un recinto donde se pueden realizar visitas guiadas, informarse de su historia, visitar exposiciones, participar en juegos con la familia o en programas y proyectos educativos.
Gremio de hortelanos del Portal Nou
En Barcelona había dos gremios de hortelanos: el Portal Nou y el del Portal de San Antonio. Este último era la entrada natural del camino real hacia el Llobregat. En la parte final del conflicto, fue una de las partes menos afectadas y fue desde este punto desde donde Rafael de Casanova llamó a la lucha en la derrota del 11 de septiembre de 1714.
El gremio de hortelanos del Portal Nou fue el defensor de la muralla entre el baluarte de Santa Clara y el Portal Nou. El Portal Nou se encontraba situado en la parte norte del actual Paseo Lluís Companys, que enlazaba con el ya citado baluarte de Santa Clara, situado en el Parque de la Ciutadella.
El gremio tenía su cuartel en el Convento de San Francisco de Asís (ver la ruta de Las coronelas y sus batallones ) y formaba parte del batallón de San Severo de la Coronela.
Los hortelanos eran propietarios de las tierras que trabajaban con cultivo de regadío que se proveía a través de las norias del Rec Comtal.
Cuando estaban de celebración decoraban sus patronos con lechugas, tomates y también pimientos y ellos lucían velas verdes. De hecho, durante el sitio borbónico, iban vestidos de color verde, ya que este era el color que los identificaba.
Gremio de panaderías y panaderos
Los panaderos y los encargados del horno estaban bajo el mismo gremio, aunque su labor fuera diferente. El oficio del panadero es el que se dedica a amasar, cocer y vender el pan; en cambio, el trabajo de hornero es la de cocer el pan y las tortas que los particulares llevaban a sus hornos.
El gremio de panaderos y horneros formaba parte del batallón de la Inmaculada y Purísima Concepción de María Santísima de la Coronela, que siempre hacía guardia en la travesía y que tenía su cuartel en el Convento de Santa Clara (ver la ruta de Las coronelas y sus batallones ).
Para la presentación del tricentenario, este gremio hizo un pan con unas harinas y una cocción similares a las que se utilizaban en 1714.
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