La Garriga

La Garriga es uno de esos pueblos que permiten entender el paisaje que le rodea y los usos que sus habitantes han hecho. El potencial como villa termal tiene un largo recorrido, que se remonta a la Edad Media, aunque tuvo su punto álgido entre los siglos XIX y XX, junto con el Modernismo. Fue entonces cuando se construyeron los balnearios y las primeras casas de veraneo. La villa romana, el castillo medieval o el refugio antiaéreo, junto al ensanche modernista completan la oferta junto con las rutas por el entorno.

La Garriga está situada a unos 40 kilómetros de Barcelona, a caballo entre la llanura vallesana, los conjuntos montañosos del Montseny (Reserva de la Biosfera desde 1978) y los riscos de Bertí.

Esta situación privilegiada favorece que existan varios ámbitos paisajísticos contrastados. Por un lado el extremo norte es marcadamente forestal confluyendo las laderas montsenyenses de debajo de Can Plans, San Cristóbal de Monteugues y la colina de Santa Margarida y, desde poniente el llano de Montcau, en los estribos de los riscos de Bertí. En conjunto, ésta es la franja más despoblada del municipio y donde la cubierta forestal es más tupida.

Por otra parte, al estar dispuesta en paralelo al río Congost y ocupando su ribera izquierda, perduran los últimos paisajes agrícolas del municipio con cierta entidad.

La diversidad paisajística ha hecho de La Garriga un municipio rico en especies arbóreas. Dando un primer vistazo al núcleo urbano y sus alrededores se da cuenta rápidamente de que los árboles protagonizan el paisaje, ya que se añaden numerosos jardines privados y el espacio más emblemático del municipio: El Passeig. Esta avenida abierta en 1878 de casi un kilómetro de largo está sombreada por dos hileras de 272 plátanos.

La población es circunvalada en la actualidad por la autovía C-17, que comunica Barcelona con Vic. Asimismo, transcurre por el municipio la línea ferroviaria que va de Barcelona a Puigcerdà y la Tor de Querol.

La Garriga es conocida en toda Cataluña por sus edificios modernistas, la industria del mueble, la butifarra, las aguas termales y el Corpus.

Lugares de interés

Núcleo antiguo

La Garriga surgió alrededor de las aguas termales y se fue expandiendo a lo largo del camino real medieval que conectaba Barcelona con Vic. Este camino, con el tiempo, se convirtió en el “carrer major” del pueblo. A medida que el municipio crecía, se consolidó un núcleo urbano que actualmente gira en torno a tres plazas: la plaza de Santa Isabel, la plaza de la Iglesia y la plaza de Can Dachs.

Hoy en día, estas últimas plazas y la calle que las une son zonas exclusivas para peatones, ideales para pasear, hacer compras, tomar algo... y también para descubrir parte del patrimonio de La Garriga, que incluye casas solariegas medievales y modernas, casas modernistas y novecentistas, así como la iglesia de San Esteban.

Casal de Rosanes

La representación del feudalismo en La Garriga. Aunque al menos existía una torre desde el siglo X, el actual gran casal de Rosanes tiene su origen entre los siglos XII y XIII, cuando se erigió el casal fortificado, diseñado para la defensa armada, que constituye el núcleo de la estructura que podemos ver hoy.

En aquella época, los Rosanes eran la familia feudal más influyente de La Garriga, con vínculos directos con los condes-reyes catalanes. Algunos miembros de la familia, como Galcerán III de Rosanes, jugaron un papel destacado en la Cataluña medieval.

Con el tiempo, la casa fue evolucionando hasta convertirse en una gran finca rural moderna. Actualmente, una parte de sus instalaciones se dedica a la restauración, y ha sido declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Si tienen la oportunidad, acérquense y admiren todo el conjunto.

La villa romana de Can Terrers

La Garriga de hace 2.000 años. La villa romana de Can Terrers es una muestra del poder que el imperio de Roma tuvo hace 2.000 años en La Garriga.

Pueden visitar libremente los baños calientes, caminar por las estancias que hace dos milenios pisaban sus propietarios, y descubrir numerosos detalles sobre uno de los asentamientos rurales romanos más importantes de Cataluña, declarado Bien Cultural de Interés Nacional. ¿Sabían que el vino producido en Can Terrers se exportaba a Italia, Egipto y Grecia?

Recientemente, dentro del proyecto “Can Terrers, 2.000 años de historia en 4 pasos”, se ha renovado el circuito de visita, la señalización interpretativa y las actividades que se ofrecen. Además, el proyecto incluye un excelente audiovisual que se puede ver libremente en el Centro de Visitantes de La Garriga.

La Doma

El retablo de la Garriga medieval. Con el nombre de la Doma se designa el conjunto que incluye la antigua iglesia parroquial, los edificios de la domería y el cementerio viejo.

Aunque hay documentación que menciona el lugar desde el siglo X, la parte más antigua de la iglesia actual es la nave central románica, construida en el siglo XII, que conserva un magnífico retablo gótico de San Esteban, datado a finales del siglo XV. Esta es una obra artística excepcional y la más destacada del conjunto.

El aspecto actual de la iglesia, sin embargo, se debe a las reformas del siglo XVI, cuando se añadió la nave lateral con la puerta de entrada al templo, la capilla profunda, la sacristía, el campanario, el comunidor y el coro, todo en estilo gótico tardío.

Alrededor de la iglesia, en el cementerio viejo, se pueden contemplar interesantes obras arquitectónicas y escultóricas, y reposan figuras notables como el arquitecto Manuel J. Raspall.

Refugio antiaéreo de la estación

El refugio explica la guerra civil con nombres y apellidos. Situado justo al lado de la estación de tren, el refugio antiaéreo de la estación se convirtió, en el año 2006, en el primer refugio museizado de Cataluña. Se trata de un refugio excepcionalmente bien conservado, excavado directamente en la roca granítica, con más de 110 metros de galerías.

Construido por los vecinos de La Garriga en 1938, bajo las órdenes de la Junta de Defensa Pasiva local, el refugio sirvió para proteger a la población de los ataques aéreos, especialmente durante el bombardeo fascista del 29 de enero de 1939.

En 2018 se inauguró la nueva museización del espacio, ofreciendo una visión renovada de su significado histórico.

Campo de aviación de Rosanes

Haciendo la guerra desde el Pla de Llerona. A principios de los años 30 del siglo XX, un empresario argentino apasionado por la aviación construyó, en Rosanes, entre La Garriga y L'Ametlla, un campo de aviación privado, el más avanzado de su época.

En 1937, durante la Guerra Civil, el ejército republicano ocupó este campo y construyó un aeródromo militar al lado. Todo el complejo fue utilizado en la lucha contra el levantamiento fascista, jugando un papel crucial en los frentes del Segre y del Ebro, y posteriormente en la defensa aérea de Barcelona. Su presencia tuvo un fuerte impacto en los municipios de la zona.

Este espacio, decisivo en la historia reciente del país, se mantiene casi íntegro. El campo de aviación de Rosanes conserva tanto el espacio como las infraestructuras: los refugios, la torre de control, los edificios de los comandantes, el comedor, la garita de vigilancia, el hangar, y el chalet racionalista, todo en medio de un entorno rural magnífico.

Can Raspall

La casa familiar del arquitecto Manuel J. Raspall. El edificio de Can Raspall es una impresionante construcción modernista, considerada la primera obra del arquitecto Manuel J. Raspall. Este edificio reutiliza algunos materiales del casal medieval que antes ocupaba el mismo lugar, donde nació la madre de Raspall. El arquitecto derribó el casal antiguo y construyó el edificio actual, manteniendo aproximadamente las proporciones.

Hoy en día, es un edificio público, y se puede visitar la planta baja, que incluye la sala noble y una exposición permanente titulada “Manuel J. Raspall y el Modernismo: dibujando La Garriga.” El edificio está conectado con su vecino, Can Mayol, una obra noucentista también diseñada por Raspall.

Además, es el punto de partida de las rutas modernistas de La Garriga.