Roser Capdevila: una vida de dibujos y paisajes

Si eres de esas personas que crecieron mirando cómo la Bruja Aburrida hacía la pascua a tres hermanas con gran sentido del humor y una buena dosis de picardía… ¡seguro que sabes perfectamente quién es Roser Capdevila! Ilustradora incansable, narradora de mundos mágicos y madre (¡literal!) de Las Tres Mellizas, Roser es una de esas personas que ha dejado huella en la infancia de muchos catalanes…
Desde femturisme.cat, hemos tenido la suerte de poder entrevistarla para descubrir no sólo cuáles son sus rincones preferidos de Cataluña, sino también su visión más tierna y emotiva de nuestro país. Con ella, viajamos por paisajes, recuerdos y emociones —y sí, no descartes que alguna Melliza curiosee por ahí mientras la Bruja rumia por el fondo…
Dibujante de historias y paisajes, Roser Capdevila comparte con nosotros los lugares y las vivencias que le han marcado.
¿Cuál es tu rincón favorito de Cataluña?
Buf… ¡Es que hay tantos! Hay tantos rincones que me gustan… Desde el Montseny hasta el Delta, pasando por el Pirineo. La verdad es que no sabría decir un sitio concreto.
Me gustaría mucho poder decir sólo uno, pero es que a lo largo de los años he recorrido casi toda Cataluña y hay muchos lugares realmente preciosos.
Por ejemplo, el Pla de Lleida … hay momentos que es espectacular en función de la época del año, de la luz, de las nubes… Hay instantes que son mágicos, y el mismo paisaje, otro día, puede parecerte completamente diferente.
El Pla de Lleida ofrece paisajes cambiantes y sorprendentes a lo largo del año. En primavera, pueblos como Aitona se llenan de flores rosadas; en verano, los campos de cereales dominan el horizonte.
¿Hay algún sitio de Cataluña que te traiga recuerdos de infancia?
Yo soy barcelonesa, y de pequeña nunca me había movido mucho del entorno de la universidad.; pero un verano, unos amigos —unos parientes, de hecho— me invitaron a pasar unos días en un lugar donde ellos veraneaban: una pequeña población del Penedès, San Juan de Mediona.
Allí descubrí un mundo nuevo para mí: los campos de trigo, con ese color dorado tan intenso, las noches llenas de estrellas…
Recuerdo especialmente aquellos campos dorados, que parecía que nunca se acababan. Y cuando hacía viento, bailaban de una forma tan bonita… Es una imagen que se me ha quedado grabada para siempre, como si fuera un cuadro de Van Gogh.
San Juan de Mediona es un pueblo rodeado de viñedos y bosques, con rutas a pie o en bici y un ambiente ideal para desconectar.
¿Qué experiencia o tradición catalana crees que todo el mundo debería vivir al menos una vez?
La Patum de Berga me hizo llorar de emoción. Es una fiesta tan intensa, tan diferente… El baile del Águila me cautivó: la música solemne, el ambiente en la plaza… me llegó muy adentro. Me cayeron las lágrimas.
La Patum es una fiesta centenaria de Berga, celebrada por Corpus, y declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Fuego, gigantes y emoción pura. ¡No se puede perder el baile del Águila!
Si tuvieras que recomendar una sola cosa a quien visita Cataluña por primera vez, ¿cuál sería?
Bien, mira, yo como barcelonesa te diré una cosa: Barcelona es una ciudad muy interesante. Tiene edificios únicos y una arquitectura muy variada, como por ejemplo el monasterio de Pedralbes, una auténtica joya.
Barcelona tiene rincones preciosos: el barrio Gòtic, el Raval … Tiene un poco de todo. Cuando tengo visitantes en casa, siempre les llevo a pasear por mi ciudad.
Yo quiero mucho a mi ciudad, porque es mi casa.
Y después, si tenemos más tiempo, también es muy interesante subir a Montserrat y, si todavía tenemos más días, pues los hago circular por toda Cataluña, porque siempre hay lugares interesantes y bonitos por descubrir.
El monasterio de Pedralbes es uno de los mejores ejemplos de gótico catalán. Montserrat, con su monasterio y formas únicas de la montaña, es un símbolo espiritual y natural de Cataluña.
¿Qué rincón de Cataluña todavía tienes pendiente de descubrir?
Supongo que hemos visitado muchos sitios. Con Joan, mi marido, hemos recorrido Cataluña de punta a punta.
Ahora ya no podemos ir tan libremente como antes, porque se nos ha caducado el carné de conducir. Ahora dependemos de nuestras hijas, pero si les decimos que queremos ir a algún sitio, estoy segura de que nos llevarán.
Sin embargo, creo que más o menos ya lo hemos visto todo. Quizás me dejo algún sitio importante, no lo sé… Pero sinceramente, no te lo podría decir con seguridad.
¿Cómo surgió la idea de crear Las Tres Mellizas?
Todo empezó un poco por casualidad, un día, Mercè Company, que es escritora, y yo, nos encontramos paradas en un semáforo en rojo en una calle de Barcelona. Ambas íbamos en moto. Y me dijo: “Oye, Roser, tú tienes tres gemelas… ¡Podríamos hacer unos cuentos!”
Y así empezó todo.
Al poco vino a casa, habló con las niñas —que en ese momento tenían ya diez años—, y empezamos la aventura de Las Tres Mellizas.
Nunca habríamos imaginado que llegaría tan lejos como ha llegado.
¿Cuál crees que es la clave del éxito de Las Tres Mellizas?
No lo sé porque, cuando las dibujaba, nunca imaginé que llegarían tan lejos, que atravesarían tantas fronteras. Y no hace falta ni hablar de la serie…
¡La serie se ha emitido en todo el mundo!
No sé muy bien cómo explicártelo, lo que sí sé es que he intentado trabajar conjuntamente con los guionistas y los animadores, que son los que dan movimiento a los personajes. Hemos trabajado juntos, como un equipo.
Al final, hicimos una serie de 104 episodios de media hora cada uno, y todavía hoy se pueden ver, si los buscas por internet.
Después de este rato divertido y cercano con Roser, no podemos evitar sonreír pensando en todo lo que ha compartido. Con la misma calidez que dibuja, nos ha hablado de su tierra con ojos brillantes y memoria viva.
Su mirada sobre Cataluña es tan ancha como su creatividad, y nos confirma una cosa: que la magia de las Tres Mellizas no acaba cuando se apagan los créditos… sigue viva en cada recuerdo, en cada rincón y en cada aventura que todavía nos espera. Y si alguna vez te encuentras con la Bruja Aburrida por el camino, no te asustes: ¡dedícale una buena sonrisa, porque seguramente te está a punto de enviarte a una aventura que ni te imaginas!