DO Pla de Bages
En el centro de Cataluña, en el extremo oriental de la depresión Central, se encuentra una isla vinícola, el Pla de Bages.
La comarca del Bages, en el corazón de Cataluña, cerca de las montañas de Montserrat, es una zona de gran tradición vinícola. Ya en el siglo X, los monjes del monasterio de Sant Benet de Bages producían vino. Tras la plaga de filoxera que afectó a la mayoría de viñedos catalanes, a finales del siglo XIX, esta industria volvió a coger impulso con la creación de la Bodega Cooperativa de Artés, a principios del siglo XX.
Dentro de un clima continental mediterráneo de media montaña, el Bages dispone de las condiciones idóneas para el cultivo vinícola: un excepcional microclima, una pluviosidad escasa y una fuerte oscilación térmica, además de un suelo franco arcilloso y calcáreo. El rigor climático comporta rendimientos de uva cortos, pero de una calidad excelente.
Las barracas de viña, construcciones en piedra seca, conforman el paisaje de este territorio, y son una muestra de la tradición vitivinícola del Pla de Bages.
En esta denominación de origen, se cultiva una variedad autóctona de uva, el picapoll. Se trata de una uva de grano menudo, piel muy tierna y con unas manchas o picadas características. Su maduración es tardía, y el vino que se elabora con él es afrutado, de un color amarillo brillante y ligero.
Aparte del picapoll, los vinos utilizan sobre todo las variedades tempranillo, Cabernet Sauvignon, Macabeo y Chardonnay. Los vinos tintos y rosados son afrutados y aromáticos, y los blancos, ligeros y exquisitos.