Turismo gastronómico

La gastronomía, o como nos gusta llamarla, la artesanía de los alimentos: una combinación mágica de colores, olores, ruidos, sabores y texturas con la que la danza de fogones nos deleita haciéndonos vibrar todos los sentidos. Capaz de emocionarnos, trasladarnos a cualquier parte del mundo o transportarnos en el tiempo cuando probamos una receta que nos recuerda a aquel guiso que nuestra abuela nos cocinaba cuando éramos pequeños. La gastronomía es sin duda un arte, una alquimia culinaria que va más allá de los ingredientes que contiene una receta. Es una forma de ver y comprender la vida, de vivir la cultura de una región, de conectarse con la naturaleza de un lugar y comprenderlo mejor. Así pues, no es por casualidad que Cataluña sea una tierra referente en enogastronomía de primer orden mundial.

El turismo gastronómico es aquella modalidad en la que la gastronomía de la región visitada es uno de los puntos y motivos principales del viaje. Ahora bien, el turismo gastronómico va más allá de ir a comer a restaurantes gourmet, sino que está orientado a toda aquella oferta relacionada a vivir nuevas experiencias culinarias y vinculadas a la identidad gastronómica de una región: visitas a productores locales y mercados, aprender la esencia y la identidad de las recetas e ingredientes, descubrir nuevos sabores, participar en las ferias y eventos gastronómicos, y un sinfín más de propuestas.

El paisaje dentro del plato

Seguir la pista a los productos de identidad de la gastronomía catalana o degustar las recetas de temporada típicas de cada una de las regiones de Cataluña son, sin duda, una buena excusa para recorrer el territorio de norte a sur y de este a oeste para adentrarnos y descubrir todos los secretos que nos convierten en una de las más ricas y variadas gastronomías, y más, teniendo en cuenta que cada temporada o estación del año nos brindará una nueva excusa para volver a visitar cada una de las regiones de nuestra Cataluña más foodie: el aceite de oliva del Empordà, de Siurana, de les Garrigues, el de la Tierra Alta o el del Montsià, los calçots de Valls, las judías de Santa Pau, la manzana de Girona, el salchichón de Vic, las peras de Lleida o las clementinas de las Tierras del Ebro, las gambas de Palamós o las anchoas de la Escala, etc. Ya ven, sólo un ejemplo de la gran infinidad de productos que esta tierra de contrastes y paisajes nos regala para que los disfrutemos a través del paladar.

Algunos de estos productos han merecido algunos de los distintivos oficiales como Denominación de Origen Protegida (DOP) y / o la Indicación Geográfica Protegida (IGP) gracias al carácter específico de su sabor y a la estrecha relación entre cada uno de estos productos, el entorno y el talento, cuidado y tradición de la explotación humana.

Si algo debemos destacar sin embargo, es la capacidad que tenemos los catalanes de crear recetas que fusionan paisajes, dando lugar a las deliciosas y sorprendentes recetas de 'Mar y Montaña'.

Tradición e identidad

Desde la antigüedad hasta hoy en día, la cocina catalana ha recibido un gran número de influencias de los diversos pueblos que han pasado por nuestras tierras, y efectivamente, todos y cada uno de ellos ha dejado su propia huella en nuestra gastronomía. ¿Alguien puede imaginarse hoy en día una gastronomía catalana sin la trilogía mediterránea por excelencia formada por vino-trigo-aceite de oliva? Estamos seguros que no. ¿Y sin el arroz, introducido por los árabes? La respuesta sigue siendo no. ¿O un sofrito sin tomate que éste fue introducido en nuestra dieta gracias al descubrimiento de América? ¡La respuesta sigue siendo obvia!

Todas estas influencias han configurado una cultura culinaria con esencia mediterránea reconocida en todo el mundo, y no es por ser poco modestos, pero la verdad es que, ¡no nos sorprende!

Vanguardia, innovación y creatividad

La pasión, la creatividad, originalidad y la sorpresa han sido los ingredientes de la receta mágica que han hecho despuntar la cocina de vanguardia catalana como unas de las más prestigiosas internacionalmente, atrayendo visitantes de todo el mundo curiosos y con ganas de experimentar y dejarse sorprender por el talento de los alquimistas gastronómicos de Cataluña. La investigación, la innovación, la mezcla de nuevas técnicas culinarias con ingredientes tradicionales o creación de nuevos conceptos gastronómicos son sólo algunos de los factores que han hecho que los nombres de chefs locales resuenen y sean reconocidos en todo el mundo, y este prestigio y reconocimientos se ha trasladado en forma de estrellas Michelin repartidas en restaurantes por todo el territorio.